El siglo XX fue especialmente convulso en Hispanoamérica debido a sucesivos golpes de estado militares que se produjeron en casi todos los países pero, normalmente, el público medio suele recordar los ocurridos en Argentina y Chile, sin prestar atención a lo que sucedió en otros más pequeños que también sufrieron dictaduras especialmente duras. En Uruguay se denominó “el año de la furia” a los acontecimientos anteriores a la subida al poder de los militares.
La acción nos sumerge en el convulso Montevideo del año 1972. Dos conocidos guionistas de un programa televisivo de humor intentan mantener su independencia, y su integridad, frente a las presiones de sus superiores que desean que rebajen sus mordaces críticas ante el avance imparable de los militares que se están apoderando del país.
Película de denuncia sobre los abusos cometidos en cualquier dictadura militar, algo que hemos visto en otras ocasiones, El año de la furia pone acento en un grupo de personas relacionadas por convivir en una pensión que detenta una española exiliada. Resulta interesante la amistad entre esos guionistas, de iguales convicciones, que luchan por la libertad de expresión mientras que entra “con calzador” la improbable relación amorosa entre una prostituta y un misterioso militar.
¿Qué lleva a un hombre a convertirse en lobo de otro hombre? Esta reflexión es aplicable a uno de protagonistas de esta trama, un militar asocial que acaba convirtiéndose en el mayor torturador de elementos presuntamente subversivos. Todo ello relatado en una atmósfera realmente opresiva.