La Playa de las Catedrales es un monumento natural que se ubica en la formación geomorfológica denominada como la Rasa Cantábrica, en la provincia de Lugo y que abarca desde la localidad de Burela en su extremo occidental, hasta San Vicente de la Barquera en el oriental. La Rasa Cantábrica se trata de una superficie plana situada entre el mar Cantábrico y las estribaciones montañosas, generando de esta manera un tipo de costas lineal en donde destaca la formación de playas a pié de acantilado y arenales separados a menudo por farallones. También es conocida como As Catedrais
Hay que tener en cuenta la tabla de mareas de la playa de las Catedrales, ya que solo podremos sacar provecho de nuestra visita a la playa de las Catedrales si esta la realizamos coincidiendo el periodo de tiempo en el que el nivel del mar desciende, lo que nos permitirá recorrer los estrechos pasillos entre los acantilados, grietas, cuevas y pasar bajo sus enormes arcos. Este periodo de tiempo está condicionado por el fenómeno físico de las mareas, por lo cual es imprescindible que conozcamos la predicción de la bajamar correspondiente a la fecha de nuestra visita para bajar al arenal.
Historia.- Las rocas que la componen son principalmente pizarras y cuarcitas, que tuvieron su origen hace unos 500 millones de años en el hemisferio sur. Durante todo este tiempo han sufrido grandes transformaciones, soportando la acción de los movimientos tectónicos y las sucesivas fases de inundación y retirada del mar, así como la influencia de todos los agentes erosivos.
Las bravas aguas del mar Cantábrico llevan millones de años descargando su furia contra estas rocas, que se muestran especialmente débiles cuando se producen fracturas, debido a la orientación de los diferentes estratos.
Este batir constante ha esculpido formas sorprendentes en los acantilados, creando largos pasadizos alfombrados con fina arena, cuevas profundas con bellos colores, que van cambiando en función de la orientación del sol ,grandes arcos de más de 30 m. de altura…, todo ello hace que visitar la Playa de las Catedrales sea un auténtico deleite para los sentidos. bravas aguas del mar Cantábrico llevan millones de años descargando su furia contra estas rocas, que se muestran especialmente débiles cuando se producen fracturas, debido a la orientación de los diferentes estratos.