jueves, 10 de junio de 2021

Emmanuel Carrère, premio Princesa de Asturias de las Letras 2021

Emmanuel Carrère
El escritor y periodista francés
Emmanuel Carrère ha ganado el premio Princesa de Asturias de las Letras 2021, según ha dado a conocer el jurado del galardón, que está dotado con una escultura de Joan Miró, un diploma, una insignia y la cantidad en metálico de 50.000 euros.

A juicio del jurado, presidido por el director de la RAE, Santiago Muñoz Machado, y reunido por videoconferencia debido a las restricciones sanitarias derivadas de la pandemia, Carrère ha construido una obra personalísima generadora de un nuevo espacio de expresión que borra las fronteras entre la realidad y la ficción.

El acta refleja, además, que sus libros contribuyen al desenmascaramiento de la condición humana y diseccionan la realidad de manera implacable. Carrère dibuja un retrato incisivo de la sociedad actual y ha ejercido una notable influencia en la literatura de nuestro tiempo, además de mostrar un fuerte compromiso con la escritura como vocación inseparable de la propia vida.


Carrère y el final del camino de la literatura ombliguista

Un total de 33 candidatos de 20 nacionalidades distintas optaban en esta edición al premio, entre ellos el rumano Mircea Cărtărescu, el británico Martin Amis, la española Rosa Montero, el checo Milan Kundera o el japonés Haruki Murakami. El año pasado, resultó ganadora la poeta canadiense Anne Carson.

Novelista, ensayista, crítico cinematográfico, documentalista, cineasta, polemista, entre otras actividades literarias y artísticas, en la frontera de los géneros más diversos, Emmanuel Carrère (París, 1957), también es capaz de defender las causas más 'antagónicas' con una suerte de 'pureza feroz', que puede apasionar positiva o negativamente.

Hijo de Hélène Carrère d’Encause, una de las más grandes especialistas internacionales en la Rusia eterna y la difunta URSS, se dio a conocer como crítico de cine erudito. Su libro sobre Werner Herzog sigue siendo una referencia canónica. Carrère comparte con Herzog una pasión profunda por personajes tentados por los abismos, la noche más oscura, la locura trágica, la de Lope de Aguirre y Nosferatu. Personajes del cineasta muy próximos a la galería de personajes del escritor.

Quizá siguiendo esa tentación primera, Carrère terminó 'abandonando' la novela 'clásica' para comenzar a trabajar unos relatos 'inspirados' en hechos reales (evidentemente trágicos) para explorar los más bajos mundos del alma y la vida social.

'El adversario' (1993) marcó esa 'ruptura'. El novelista trabajó a su manera un escándalo entre criminal y esperpéntico: el caso bien real de su personaje, Jean-Claude Romand, que comenzó contando mentiras menores hasta que… decidió asesinar a sus padres. A partir de la realidad en estado bruto, Carrère 'reconstruyó' un 'suceso' con una precisión inquietante, turbadora, confirmando que su carrera creadora tomaba muy nuevos rumbos: una suerte de bajada a los infiernos, consumada paso a paso, sin exorcismos particulares, con evidente 'normalidad'.

La fascinación por los abismos más oscuros e inquietantes del alma humana era compatible, en su caso, con una carrera paralela como cineasta, mucho más convencional, quizá, en la tradición del cine francés de 'calidad'. Carrère adaptó con éxito algunos de sus relatos y novelas, sin dejar de trabajar la escritura, escribiendo relatos casi siempre cortos, para abordar directamente, o en escorzo, temas 'triviales' (el endeudamiento de las familias modestas) e inquietantes, la locura de la naturaleza evocada a través de un tsunami.