Las exiguas pensiones de España y la fórmula para afrontar la vejez con dignidad como la denominada “Nuda Propiedad”, que supone la venta de una vivienda en condiciones muy económicas hasta el fallecimiento del propietario que habita en ella, son reflejadas en una comedia vitalista y esperanzadora.
A Sara le ofrecen comprar la casa perfecta: espaciosa, muy luminosa y extremadamente barata. Tan solo tiene un pequeño “inconveniente”: Lola la septuagenaria dueña actual, vivirá en ella hasta que muera. Aun así, Sara cree que es un buen negocio y decide comprar, esperando el fatal acontecimiento.
Adaptación de la obra teatral “100 metros cuadrados”, de Juan Carlos Rubio, éste junto con el director Bernabé Rico se han encargado de escribir el guión y la traslación al cine cambiando ciertos elementos narrativos y haciéndola más cinematográfica. Así, en la película hay dos protagonistas y no una, la vendedora y la compradora, lo que da opción a que el argumento no solo se desarrolle en el interior de la vivienda sino que salga al exterior.
Tratándose de una película de personajes, lo importante era la actuación de las dos principales actrices, Kiti Manver y Juana Acosta, que están magníficas cada una de ellas en su cometido, aunque el papel de la veterana es más agradecido y lo interpreta de manera superior metiéndose en la piel de una anciana ”borde”.
Ideal para salir del cine con una sonrisa, se trata de una película amable que ha cosechado premios y ha conquistado al público allí donde se ha presentado.