martes, 29 de diciembre de 2020

El Obispillo cumplió con la tradición

El Obispillo Rodrigo Rojo, leyendo el mensaje
Aunque con algunos cambios en el guion, la Escolanía Pueri Cantores cumplió con la tradición de cada 28 de diciembre y celebró la fiesta del Obispillo. Rodrigo Rojo Palacín, un niño de 9 años, alumno del Colegio Blanca de Castilla, se invistió ayer con la mitra y el báculo y, desde su mirada inocente y acompañado por sus compañeros del coro, lanzó un mensaje de esperanza de cara al futuro, pero sin olvidar el duro año que para todos ha sido 2020, con un recuerdo para quienes han sufrido directamente la pandemia. Sus palabras fueron para los enfermos que están en el hospital, los familiares que han perdido a sus seres queridos y también a quienes se han visto sin trabajo o en ERTE. 

Compartió estos deseos con el nuevo arzobispo, Mario Iceta, que recibió a los Pueri Cantores y a sus familiares en el Palacio Arzobispal. El prelado mostró su alegría por esta tradición, bromeando con los chavales, los ha instó a "educar la voz, la cabeza y, sobre todo, el corazón, para ver a las personas que lo pasan mal', y los regaló un Belén por piezas.

Tras la visita, se dirigieron a la cercana iglesia de las Salesas. Allí siguieron con las tradiciones de la jornada. Rodrigo Rojo se dirigió de nuevo a sus compañeros y entregó la cruz de madera, la que identifica a los escolanos de todo el mundo, a los cuatro nuevos integrantes de esta coral de voces blancas. 

La pandemia suprimió del guion el paseo a caballo blanco por el paseo del Espolón desde el arzobispado hasta la Casa Consitorial. 

Los actos continuaron por la tarde. El Obispillo acudió al Ayuntamiento, donde fue recibido por el alcalde, Daniel de la Rosa, al que pidió las mejoras prometidas en el barrio de La Ventilla y cuidados para el personal sanitario.