El origen de la Lotería de Navidad se remonta a la época de las Cortes de Cádiz y durante dos siglos se ha afianzado como una de las principales tradiciones navideñas en todo el Estado.
En 1812 se celebró el primer sorteo, llamado Prósperos Premios, y el premio fue a parar al número 03604. Entonces, los números no estaban en bolas, sino en papeletas y el precio del billete era de 40 reales. El Gordo llevaba un premio de 8.000 pesos fuertes.
Fue en 1892 cuando comenzó a llamarse Sorteo de Navidad y cinco años después se incluyó ese título en los décimos de lotería. Entonces se celebraba cada 23 de diciembre.
Otra fecha para recordar es 1957, año del primero sorteo televisado de la historia. Y es que, hasta entonces, se escuchaba por la radio o se leía en la prensa.
Hoy en día, el sorteo se celebra el 22 de diciembre entre gran expectación mediática y no es para menos, ya que se ha convertido en el más importante y popular: cada año supone el 30% de la facturación anual del organismo Loterías y Apuestos del Estado.
Entre 1963 y 2010, el sorteo se celebró en la sede de la Lotería Nacional de la calle Guzmán el Bueno de Madrid. Debido a su popularidad, hace diez años, se trasladó al Palacio de Congresos del paseo de la Castellana para poder acoger a más público. Y desde 2012 se celebra en el Teatro Real de Madrid.
Pero si hay algo emblemático en este sorteo y que se ha mantenido a lo largo de los siglos son los niños de San Ildefonso, encargados de cantar los números agraciados. Diego López fue el primero que repartió suerte en un sorteo de la lotería nacional el 9 de marzo de 1771. Y desde 1812 también han cantado los premios de Navidad.
En un principio, solo participan chicos, ya que el colegio era masculino. Fue en 1984 cuando, ya mixto, las niñas participaron por primera vez en el sorteo.