Burgos perdió el pasado domingo a otro de los hombres insignes en el ámbito de la cultura,
Néstor Pavón, un artista de dilatadisima y prolífica trayectoria, amante del arte en su totalidad y que, como él mismo llegó a señalar, exploró muchos caminos porque el arte es un inmenso campo de posibilidades.
Néstor Pavón |
Su principal actividad estuvo ligada a la escultura, desde el modelado hasta la talla con diversos materiales y tamaños, siempre con una obsesión por la geometría, donde el cubo y el triángulo fueron la excusa perfecta para dar forma a su creatividad. También destacó en su faceta como pintor, donde se percibía también esa presencia de las líneas geométricas en sus paisajes que le harían desembocar en la abstracción. Pero Néstor Pavón fue también un gran dibujante, algo que quedó plasmado no solo en sus dibujos, sino en apuntes, bocetos, proyectos, planos y toda una serie de obras realizadas y guardadas meticulosamente en su taller.
Otra faceta artística que cultivó fue la poesía, de la cual publicó un libro. Su carrera estuvo ligada a la de Luis Sáez y Cristino Díez, constituyendo un grupo de referencia en el arte de vanguardia del Burgos de la postguerra. Experimentó con todos los estilos y técnicas hasta afianzarse en un realismo muy personal, en el que mostraba una acumulación de objetos misteriosos y creaba espacios oníricos, de gran potencia expresiva.
A lo largo de más de siete décadas de trabajo -ha fallecido con 92 años-, Néstor Pavón mantuvo una excelente relación con muchos artistas, sobre todo burgaleses, que siempre destacaron su bonhomía, su disposición a colaborar, su carácter abierto y su trato amable.