Marina Abramovic |
A juicio del jurado, su trabajo, «cargado de una voluntad de permanente cambio, ha dotado a la experimentación y a la búsqueda de lenguajes originales de una esencia profundamente humana». El acta del galardón también destaca cómo «la valentía de Abramović en la entrega al arte absoluto y su adhesión a la vanguardia ofrecen experiencias conmovedoras, que reclaman una intensa vinculación del espectador y la convierten en una de las artistas más emocionantes de nuestro tiempo».
«La vida de un artista no es tarea fácil. Requiere sacrificio personal, plena dedicación y compromiso con su trabajo. El premio Princesa de Asturias es un gran honor y reconocimiento en este momento de mi vida y carrera. Me siento conmovida, honrada y orgullosa de haber recibido este prestigioso premio». Con estas palabras recibió Abramović la noticia del galardón, en Nueva York.
La artista serbia es una de las mayores representantes del arte de la 'performance' en la actualidad. Nacida en Belgrado en 1946, sus creaciones no han estado exentas de polémica y hasta ha sido acusada de adorar a Satán (la última vez, el año pasado en Polonia con su exposición itinerante 'The Cleaner' ('El limpiador').
Una de sus obras más célebres fue 'The artist is present' (2010), en la que la artista permanecía sentada en una silla en el MoMA y esperaba que los asistentes se sentaran frente a ella y le miraran a los ojos. El momento en el que, supuestamente, por sorpresa se sentó el que fuera su compañero artístico y sentimental durante varios años, Frank Uwe Laysiepen. La emoción del reencuentro captada en vídeo volvió viral.
La artista y su obra cuentan con numerosos galardones, como el León de Oro, XLVII Bienal de Venecia, 1997; Niedersächsischer Kunstpreis, 2003; New York Dance and Performance Award (The Bessies), 2003; International Association of Art Critics, Best Show in a Commercial Gallery Award, 2003; Condecoración Austríaca de Ciencia y Arte (2008); Premio al Liderazgo Cultural, American Federation of Arts, 26 de octubre de 2011; Premio A La Excelencia ’13 de julio’; Oso Berlinés (2012), entre otros.
Según la propia Abramović, en sus performances es fundamental el intercambio emocional entre esta y el público; busca esa energía que se crea cuando la obra entra en interacción con el espectador: «Nunca podría dar performances privadas, en casa, porque no tengo público […] Cuanto más público hay, mejor es la performance, más energía recorre el espacio. El público debe dar un paso histórico y volverse uno con el objeto», explicó.
El Princesa de Asturias de las Artes, que el año pasado se concedió a los compositores Ennio Morricone y John Williams, se concede a «la labor de cultivo y perfeccionamiento de la cinematografía, el teatro, la danza, la música, la fotografía, la pintura, la escultura, la arquitectura y otras manifestaciones artísticas».
El de las Artes es el primero de los ocho premios que otorga cada año la Fundación Princesa de Asturias y que este año alcanzan su XLI edición. Le seguirán los premios de Comunicación y Humanidades, el 19 de mayo; Ciencias Sociales, el 26 de mayo; Deportes, el 2 de junio; Letras, el 9 de junio; Cooperación Internacional, el 16 de junio; Investigación Científica y Técnica, 23 de junio, y Concordia, los días 29 y 30 de junio.