Gloria Steinem |
El jurado, presidido por Víctor García de la Concha, la describe como una «referencia icónica esencial del movimiento por los derechos de la mujer», y destaca cómo su activismo, «marcado por la independencia y el rigor, ha sido motor de una de las grandes revoluciones de la sociedad contemporánea». «A lo largo de seis décadas –remata el acta–, su sólido e inagotable compromiso con el feminismo, su ponderación y su voluntad de incluir todas las voces han impulsado la igualdad como uno de los valores fundamentales de la humanidad».
Por el camino, tuvo que hacer algún que otro sacrificio personal –pese a sus reticencias al matrimonio, terminó casándose con David Bale, fallecido en 2003–, reportajes memorables, la fundación de la revista ‘Ms.’, cuna y casa del feminismo periodístico, encuentros y amistades con lo más granado del mundillo cultural y político estadounidense de la segunda mitad del siglo XX y palabras, muchas palabras, escritas, pronunciadas, regaladas.
Nació en Toledo, esa localidad del estado de Ohio que comparte nombre con la Ciudad de las Tres Culturas, el 25 de marzo de 1934. Tras graduarse en el prestigioso Smith College, se trasladó a la India, donde estuvo dos años gracias a una beca. A principios de la década de los 60, regresó a Estados Unidos y se estableció en Nueva York. Fue entonces cuando empezó a trabajar como periodista para la revista ‘Help!’, donde publicó su célebre artículo sobre cómo se coló en la Mansión Playboy.
A partir de entonces, escribió para publicaciones como ‘Esquire’, ‘Vogue’, ‘Glamour’, ‘Cosmopolitan’ o ‘New York Magazine’. Fue en esta última en la que apareció, en 1969, ‘After Black Power, Women’s Liberation’ (’Después del poder negro, la liberación de las mujeres’), artículo que la encumbró hasta lo más alto del movimiento por los derechos de la mujer. Dos años después, puso en marcha, junto con Pat Carbine, la revista ‘Ms.’, la primera feminista y, también, la primera creada y dirigida sólo por mujeres.
A lo largo de su extensa trayectoria, en su compromiso como activista también se ha involucrado en la legalización del aborto, en la igualdad salarial y en la aprobación de la Enmienda de la Igualdad de Derechos, y ha luchado contra la pena de muerte, la mutilación genital femenina y el maltrato infantil. En 1993, fue incluida en el National Women’s Hall of Fame y en el año 2000 la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos la incluyó entre sus Leyendas Vivas. Barack Obama le entregó, en 2013, la Medalla Presidencial de la Libertad, y el entonces alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, proclamó el 31 de marzo de 2019 como ‘Día de Gloria Steinem’.
La ficción, claro, también se ha fijado en ella, y el año pasado se estrenaron, con pocos meses de diferencia, una serie inspirada en su militancia juvenil, ‘Mrs. America’, y la película ‘The Glorias’, basada en sus memorias y en la que Julianne Moore la encarna de adulta, Alicia Vikander en su juventud y Lulu Wilson de adolescente.
La voz de Gloria Steinem es la de la experiencia, y su discurso se antoja, hoy, más necesario que nunca. Su vida es ejemplo de lucha, sí, pero también el espejo en el que las más jóvenes deben mirarse si quieren llegar a ese mundo más habitable en el que la igualdad -de derechos, de oportunidades- sea una realidad, no una aspiración.