Los cuadros de Ismael Ali de Unzaga llegan al Consulado del Mar para hacer retroceder en el tiempo al público de Burgos. Un conjunto de obras que retratan, a través de la pintura, los momentos felices de tiempos pasados. Actividades de la vida cotidiana -como patinar con los amigos- que simplemente hacían disfrutar sin pensar en el futuro, presente o pasado: No había nada más allá de ese instante de felicidad.
El artista sufrió la clausura anticipada de su exposición ‘On Eyed Portaits‘ tras la declaración del estado de alarma el año pasado. Durante el tiempo que estuvo confinado aprovechó para pintar y escribir. Fruto de esas horas llegan estas Memories de tiempos alegres y de anhelos futuros también, sin máscaras y sin límites. Momentos de felicidad. En este sentido, Ali de Unzaga afirma que ‘los personajes de mis cuadros se muestran divertidos o ríen abiertamente, algunos a carcajadas. Cuánta falta nos hace.’
La visión de Ali de Unzaga tiene habitualmente determinado el espacio a pintar, un análisis de todo lo que ocurre en él; los paseantes, el urbanismo, los colores y, en el caso de los cuadros inspirados en la ciudad de Burgos, también los recuerdos y la nostalgia de lo allí vivido. Es lo que lleva a Ismael a trasladar después a sus cuadros toda la energía vital y las sensaciones de color y matices que emocionan al que los contempla. Sus cuadros están repartidos por colecciones particulares de España, Italia, Austria, Reino Unido, Nueva York, Portugal, y Francia.
