El yugo del heteropatriarcado ha tenido sometidas a las mujeres durante siglos y, aunque sabemos que el camino ha sido largo y todavía quedan arraigados muchos estigmas, no deja de provocar estupor que solo cincuenta años atrás todavía existieran instituciones destinadas a formar a las señoritas a convertirse en lo único a lo que parecían poder aspirar, ser buenas esposas.
La nueva película de Martín Provost se ubica en una de estas escuelas femeninas en una época de gran importancia simbólica, en los albores del Mayo del 68, cuando los vientos de cambio comenzaban a soplar y todo estaba a punto de explotar. De hecho, uno de los momentos de fractura de esta comedia simpática con mujeres insatisfechas, niñas curiosas y monjas fumadoras, tiene que ver con la pregunta de una de las alumnas a la directora encarnada por Juliette Binoche, siempre inmersa en uno de sus sermones de palabrería retrógrada: ¿Qué es la correcta moral?.
'Manual de la buena esposa' incorpora el discurso de emancipación feminista de manera algo torpe y oportunista, sobre todo en un tramo final que se encarga de subrayar a modo de musical improvisado todos los conceptos. Por fortuna, ahí están Juliette Binoche, Yolande Moreau y Noémie Lvovsky para sostener una película que comienza detallando los pilares fundamentales del "decoro femenino" para terminar rebelándose contra ellos.