Hans Rudolf Gerstenmaier |
Nacido en Hamburgo en 1934, Gerstenmaier llegó en autostop a Barcelona en 1962, «con 1.000 pesetas en el bolsillo y ganas de comerme el mundo». Diez años después había progresado. Fundó una exitosa empresa de recambios automovilísticos e inició una colección de pintura que sería portentosa. Medio siglo más tarde el generoso amigo germano del Prado, donó agradecido al museo algunas de sus obras más relevantes, como el tardío y sobrio retrato pintado por Sorolla de Ella J. Seligmann, la esposa del marchante británico del genio valenciano.