Javier Aranda |
Un montaje centrado en dos manos y el universo de una canasta de costura. «Las cosas hechas a mano tienen su propio carácter, las manos como parte de un ser, como protagonistas, como seres especiales que crean movimiento, emoción y vida. Una canasta a la deriva, un viaje… De cualquier rincón, de cualquier canasta emergen brotes de vida; vidas valiosas, particulares y únicas». Espectáculo sin palabras.