Sin el tradicional baile de los Gigantillos ni el reparto de los roscos. Un acto íntimo y solemne ha marcado la celebración del patrón de la ciudad, San Lesmes Abad. Lejos quedan los cientos de burgaleses que lograba reunir cada año la amplia programación y que en esta ocasión no ha quedado más remedio que evitar debido a la crisis sanitaria.
La festividad se ha visto reducida hoy a una misa a la que únicamente podían acudir 25 personas, máximo aforo que se permite en las celebraciones litúrgicas, donde ha estado presente una representación de la Corporación. También se ha podido seguir en directo a través del canal de YouTube del Ayuntamiento de Burgos, donde se han acumulado más de 300 espectadores. Sin embargo, tal y como se había pedido, apenas había gente en la plaza de San Juan.
El arzobispo, Mario Iceta, ha dado en la Eucaristía su bendición a toda la ciudad en este señalado día y «de modo particular a las familias donde hay sufrimiento por el fallecimiento de algún ser querido o están enfermos, a las residencias de mayores, a los hospitales, a los lugares donde no hay trabajo», añadiendo que «a todos llegue en abundancia la bendición del Señor que nos ayude como San Lesmes a compartir, a mirar a los que sufren y ayudarles a salir de las situaciones de necesidad».
La pandemia ha obligado a suspender la mayoría de actos. Sin embargo, se ha optado por trasladar otros a las redes sociales para que todos los ciudadanos puedan seguirlos como ocurrió con el pregón en honor al santo realizado a cargo de Lorenzo Maté, abad del monasterio de Santo Domingo de Silos, o mismamente con la misa celebrada esta mañana y presidida por Mario Iceta.