Blue Bayou, del galardonado guionista y director Justin Chon, cuenta la conmovedora y oportuna historia de una familia americana que lucha por su futuro. Antonio LeBlanc (Justin Chon), nacido en Corea, fue adoptado y creció en un pequeño pueblo de la zona pantanosa (bayou) de Luisiana. Está casado con el amor de su vida, Kathy (Alicia Vikander), que tenía una hija, Jessie, a la que Antonio quiere como si fuera suya. Mientras lucha para dar a su familia una vida mejor, deberá enfrentarse a los fantasmas del pasado al enterarse de que el país que considera suyo podría deportarle.
Inspirada en una serie de artículos que el director de la película, Justin Chon, encontró hace varios años, gira en torno a niños surcoreanos adoptados en Estados Unidos y posteriormente deportados a pesar de haber crecido y vivido siempre en el país Es decir, hablamos de una triste y dura historia de emigración.
Lo que deja perplejo de este relato, es que las leyes que se aplican no nos hablan de acontecimientos del pasado sino que hechos que ocurren a dia de hoy, en pleno siglo XXI. Ambientada en Nueva Orleans y plagada de detalles, la historia de su protagonista, Antonio, es una serie de catastróficas desgraciadas, mientras incide en el racismo soterrado hacia minorías étnicas en EEUU. El propio Justin decidió interpretar al protagonista, bien acompañado de Alicia Vikander (ganadora de un Oscar por La chica danesa) que encarna a su joven esposa, que se encuentra esperando un hijo y sufre por la situación injusta que vive su marido y, por extensión, su familia.
Los dramáticos acontecimientos consiguen captar la atención, porque están narrados con mucha sensibilidad, aunque algunas subtramas, como la amistad del protagonista con una mujer vietnamita, no aportan demasiado a la historia salvo señalar las semejanzas de cultura y de forma de entender la vida entre algunos asiáticos, y su coincidencia en su traumático pasado bélico. Más aún alargan innecesariamente el relato. Por el contrario, se integran bien las poéticas imágenes del pasado del protagonista con su madre biológica. Lo que mejor funciona es la denuncia rampante a leyes incomprensibles y absurdas. O, como han definido algunos medios, es el sueño americano convertido en pesadilla.