jueves, 23 de septiembre de 2021

El faro que aguantó en pie tras la erupción de un volcán en las Azores

Faro de Punta de Capelinhos
La isla de Faial, una de las nueve que componen el archipiélago portugués de las Azores, es muy popular por estar considerada una parada obligatoria de cruceros y barcos de recreo en medio del Océano Atlántico, pero también ha alcanzado fama por sus monumentos naturales, en especial por uno de ellos localizado en la Ponta dos Capelinhos, al oeste de la isla: su volcán, el último en 'rugir' en estas islas lusas, surgido de las profundidades del océano en 1957.

El 27 de septiembre de ese año comenzó una gran erupción submarina acompañada de gas y nubes de vapor que llegaron a alcanzar los 4.000 metros. Se formó entonces un primer islote que desapareció después hasta que un segundo islote-volcán quedó unido a Faial por un istmo de lava y de ceniza. Durante 13 meses, hasta el 24 de octubre de 1958, el volcán tuvo explosiones submarinas, erupciones, coladas de lava, erupciones y lluvias de ceniza que recubrieron el pueblo de Capelo y su faro que permanece hoy en el lugar como si fuera un espectro testigo de la catástrofe. 

Este faro, que parece sacado de una película de terror con el océano al fondo y la oscura tierra que lo rodea, y algunas otras casas destruidas en los alrededores remarcan el carácter dramático de un paisaje realmente único que impresiona en el archipiélago de las Azores. Y esa sensación todavía es mayor cuando sabes que al final de la erupción el volcán había agrandado la isla 2,5 kilómetros cuadrados.