domingo, 12 de septiembre de 2021

Senderismo. Acantilados del infierno (Asturias)

En cualquier punto de esta ruta disfrutaremos de las esculturas que el mar ha ido esculpiendo en la roca a lo largo de los siglos. Entre monte bajo, vacas y cabras, vemos pequeñas embarcaciones de la cercana Ribadesella faenar en las aguas del Cantábrico.

Pequeñas penínsulas verticales dan cobijo a los nidos de gaviotas y cormoranes a lo largo del camino. Un enorme tómbolo de roca se erige en un pequeño entrante del acantilado. Dos arcos de piedra gigantes aparecen, mientras caminamos, cual puentes hacia ninguna parte, uniendo fragmentos de acantilado. En el cielo, busardo ratonero y cernícalo común son frecuentes, dos cazadores escudriñando el suelo, listos para dejarse caer sobre los pequeños animales que forman parte de su dieta.

Y en el área recreativa de Cuerres, en el extremo oriental de la ruta, la mejor panorámica de los Bufones de Pría y su acantilado, donde el agua se cuela por las cuevas de abajo y sale al exterior por los bufones.

Esta sencilla ruta costera discurre a lo largo de acantilados desde el hermoso pueblo de Cuerres hasta las proximidades de Ribadesella, y comienza en el área recreativa de Cuerres, muy cerca de la playa de Guadamía, que es frontera natural con el concejo de Llanes.

El recorrido no sigue una senda propiamente dicha, sino que discurre parte por caminos y parte por prados, pero hay que fijarse siempre en la línea costera, que es la que marca la ruta.

Es indispensable, antes de iniciar la ruta, pararse a observar los bufones del lugar, que nos encontramos en los primeros 300 metros de la ruta. Al 1.200 kilómetros de empezar la ruta, podemos apreciar ya los majestuosos acantilados: Castro Arenas, Del Tomasón…, en la conocida zona de Tuzarrizo.

Cuando hemos caminado ya cerca de 2 kilómetros, aparece una desviación hacia la izquierda: es el camino que conduce hasta el pueblo de Cuerres, pero nosotros seguiremos recto por la senda.


En este punto, kilómetro 3,3, tenemos enfrente el islote de Palo Verde, y justo al lado, los acantilados con su mismo nombre. A los 150 metros aparece un camino que lleva hacia los pueblos, pero nosotros continuamos por la senda, dejándonos guiar siempre por la línea costera.

Cerca de los 5 kilómetros de recorrido desde el inicio de la ruta, se encuentran los famosos acantilados del Infierno. Medio kilómetro más adelante, ya finalizando la ruta, la senda va a dar a un camino que se bifurca: el ramal izquierdo va hacia atrás y el ramal derecho hacia el pueblo de Ribadesella.