viernes, 10 de septiembre de 2021

Františkovy Lázně, Karlovy Vary y Mariánské Lázně (Chequia) ciudades balneario, Patrimonio de la Humanidad

Imagen de Frantiskovy Lázne
La mejor manera de conocer el "Triángulo balneario checo" es organizar una escapada de bienestar desde Praga a Bohemia del Oeste para recorrer las ciudades balneario de Karlovy Vary, Mariánské Lázně y Františkovy Lázně. El ambiente señorial y la elegancia que emana de Karlovy Vary traslada al viajero a otras épocas donde las damas llevaban sombrillas y los caballeros lucían sombrero. Según dicta la leyenda esta ciudad fue fundada por Carlos IV (de ahí su nombre) en el siglo XIV, quien habría descubierto fortuitamente la magia de sus aguas durante una cacería. Paganini, Casanova o Mozart fueron clientes habituales. A sólo unos minutos de Karlovy Vary aguarda un pequeño secreto: la población de Loket, con su bonito casco antiguo y un majestuoso castillo gótico.

La fama de Karlovy Vary hace olvidar a menudo las otras dos ciudades incluidas en la lista de la Unesco. Mariánské Lázně es uno de los grandes secretos termales de Chequia. Su elegante arquitectura, teñida de blanco y amarillo, se prodiga en casas de baños, hoteles, columnatas y templos que custodian los secretos de aquella burguesía de mediados del siglo XIX que tanto la transitaba. Personalidades como Chopin, Goethe o Wagner eran sólo algunos de sus asiduos. Incluso fue el lugar de encuentro del rey británico Eduardo VII y el emperador austrohúngaro Francisco José I. La magia de este lugar se la debemos a Johann Josef Nehr, médico del cercano monasterio de Teplá, ya que fue él quien descubrió los beneficios de los más de 160 manantiales de la zona.

Františkovy Lázně es la ciudad más pequeña del Triángulo de las Ciudades Balneario de Bohemia Occidental. Recibió este nombre en honor al emperador austríaco Francisco I, que la fundó a finales del siglo XVIII. El efecto terapéutico de las aguas termales y de la turba (aquí se fundó el primer balneario del mundo que empleaba la turba con fines terapéuticos) impulsaron el crecimiento de elegantes paseos y arcadas clasicistas en la población.