lunes, 1 de marzo de 2021

Historia de las chimeneas vinícolas de Tomelloso, una arquitectura única en España

Chimenea en el centro del pueblo
Tomelloso
es una referencia en la producción de vino en España. El 50% de la superficie de viñedos de toda España está en esta zona, con medio millón de hectáreas dedicadas al cultivo de la vid. Es además el principal productor mundial de alcohol de origen vínico. Una actividad con siglos de tradición que consiguió transformar la localidad manchega hasta dibujar una arquitectura propia e incomparable.

Prueba de ello son las chimeneas, grandes monolitos que decoran el paisaje urbano de la ciudad, de unos 38.000 habitantes, y ubicada a 662 metros de altitud en el centro de la llanura de La Mancha.

Chimeneas de ladrillo
Estas construcciones de ladrillo, levantadas junto a las torres de destilación, servían para dar salida al humo de las grandes calderas que, mediante la combustión de leña o carbón, proporcionaban la temperatura adecuada para el funcionamiento del serpentín de destilación de las antiguas alcoholeras.

Gracias a su tamaño -algunas llegaban a alcanzar los 45 metros de altura- ejercían la aspiración sin necesidad de ventiladores o cualquier otra ayuda mecánica, a la vez que elevaban el humo hasta una altura suficiente para que no volviera a descender y ennegreciera el suelo.

Una evidencia de la importancia estética que llegaron a tener las chimeneas es que la edificación de aquellas de 20 metros o más se reservaba a maestros altamente especializados, ya que, aparte de su función, eran los elementos más emblemáticos y llamativos de la destilería.

Aunque fue a mediados del siglo XVIII cuando se empezó a introducir la vid entre los cultivos de Tomelloso, la época de mayor apogeo ocurrió durante el último cuarto del siglo XIX y primera mitad del XX, en que se convirtió prácticamente en un monocultivo. Es más, sobre 1950 llegó a haber en la localidad más de 100 destilerías. Actualmente se conservan 19 grandes (de más de 20 metros) y 17 pequeñas (menos de 20 metros).

Se pueden visitar (incluso de noche al estar iluminadas) la de la calle Domecq, la del Parque Urbano Martínez, la del barrio de la Chimenea o la de la calle Julián Besteiro, entre otras.