Los triángulos de emergencia desaparecerán de las carreteras en enero de 2026. Un real decreto aprobado por el Consejo de Ministros establece la sustitución de este elemento por un dispositivo luminoso que deberá colocarse en la parte más alta del vehículo inmovilizado en caso de accidente o avería, de modo que la señal pueda verse desde la mayor distancia posible.
Con esta nueva normativa, que modifica tanto el Reglamento General de Vehículos como el Reglamento General de Circulación, a partir del 1 de julio ambos sistemas de señalización convivirán durante los próximos cinco años y será el conductor quien decida si usa la luz o los triángulos.
El 1 de enero de 2026 , sin embargo, estos ya no podrán utilizarse y la señal luminosa, que deberá integrar un sistema de posicionamiento GPS para geolocalizar el vehículo, se convertirá en la única forma permitida de avisar del peligro.
La razón del cambio es la seguridad vial: la colocación de los triángulos exige al conductor descender del coche y caminar 50 metros por el arcén para situarlos donde puedan ser vistos con antelación por el resto de automovilistas. Como consecuencia, entre 2018 y 2020, 42 personas fallecieron arrolladas en vías interurbanas por abandonar el vehículo tras un accidente o una avería, según datos de la Dirección General de Tráfico (DGT).
Las principales ventajas de las luces V-16, legales desde 2018, son su facilidad de uso y su largo alcance. De hecho, se colocan sobre el techo del vehículo desde el habitáculo, sin necesidad siquiera de quitarse el cinturón de seguridad, y se activan de forma automática. Su tamaño permite, además, llevarlas con mayor comodidad también en las motocicletas. Como contrapunto, existe la posibilidad de que la pila se agote en el momento más inoportuno, pero no será normal que alguien utilice el dispositivo en muchas ocasiones.