Así, la exposición parte de la importancia de los ritos religiosos en torno a la muerte. Con ello, en la Edad Moderna -época en la que la salud no estaba asegurada- se daba una gran importancia a la salvación eterna. Por este motivo, los hábitos funerarios cobraban una gran importancia a nivel espiritual en la vida de las personas de Burgos en aquel entonces.
Entre las piezas expuestas se encuentran objetos que sirvieron de adorno personal y que formaron parte de la indumentaria de los difuntos. En esta línea, rosarios o recuerdos de peregrinaciones con más de tres siglos de antigüedad pueden ser vistos en el Museo de Burgos.
Pese a que los elementos mostrados no sobresalen por su riqueza, son representativos de los rituales funerarios de la Edad Moderna. Con esto, el Museo de Burgos también expone anillos de bronce de la iglesia de Las Quintanillas y rosarios de San Pantaleón de Losa. Asimismo, una medalla de la ermita de Nuestra Señora del Torrentero en Villalaín procedente de Roma y una cruz de Caravaca.
