Con fondos de la Biblioteca de Castilla y León que custodia la Diputación (el 99%) y las bibliotecas municipales, la Fundación VIII Centenario de la Catedral resume en el monasterio de San Agustín cómo era la sociedad burgalesa en 1921 estudiando lo que se publicaba y cómo se hacía. Hace cien años, cuando el templo gótico cumplió siete siglos de la colocación de la primera piedra, Burgos era una de las zonas de mayor alfabetización de España.
En 1921 funcionaban en Burgos las editoriales de Hijos de Santiago Rodríguez, Monte Carmelo, Aldecoa y la de Saturnino Calleja, que aunque estuviera en Madrid tenía mucha relación con Burgos porque aquí nació el cuentista y editor.
De Santiago Rodríguez hay ejemplares como 'Para mi hijo', libro escrito por Mateo Bustamente e ilustrado por Evaristo Barrio que ha estado en los hogares de muchas familias para enseñar a leer a los más pequeños. Se exponen 'Cartillas para reclusos', de Guillermo S. Cardiel, o 'El pastorcillo'.
De Calleja se pueden ver libros como 'El caballo artificial', 'Un viaje por España', una edición de 'Robinson Crusoe' de De Foe, 'Viajes por Asia'...
Hay ilustraciones de Fortunato Julián y Luis Manero; libros de Teófilo López Mata o María Cruz Ebro, y títulos vinculados a Burgos como el dedicado al Campeador de Menéndez Pidal, 'El Cid en la historia'. De 1921 son también 'Don Mauricio, obispo de Burgos y fundador de su catedral', de Luciano Serrano, abad de Silos, o números de la revista mensual ilustrada 'Alfa'.