Con infografías, ilustraciones e imágenes la revista centrada en Historia de "Muy interesante" dedica su último nuevo de edición coleccionista a los 800 años de la Catedral. Cerca de doscientas páginas centradas en contar todos los detalles del primer templo de estilo gótico de España. Un ejemplar de los que conservar en la biblioteca, leerlo con calma y saborear los detalles de una basílica que sigue sorprendiendo a los expertos.
La revista "Muy Historia" ofrece la perspectiva y los conocimientos de una veintena de expertos a la hora de hablar de los grandes maestros que participaron en su construcción como Bigarny, Juan de Colonia y Gil de Siloé; de su evolución desde la catedral románica hasta su declaración como Patrimonio Mundial de la Unesco, o de la eclosión de luz y estilos que hacen de ella un monumento a la belleza y la aritmética.
Entre sus páginas se repasa el pasado románico del templo interpretando sus restos y los vestigios que se conservan en el museo catedralicio; se analiza la época y el papel del obispo Mauricio y el rey Fernando III El Santo, artífices de su construcción, o el papel y el interés arquitectónico de cada una de las portadas.
Capítulos independientes merecen el claustro («uno de los mejores ejemplos del denominado gótico radiante»), la capilla de la Presentación (y el cuadro de La sagrada familia, de Sebastiano de Piombo), la de los Condestables ( «uno de los espacios más monumentales del tardogótico hispano»), el Cristo de Burgos, la Escalera Dorada, el cimborrio, el Papamoscas o el retablo mayor de la nave central, en la vanguardia del Renacimiento castellano.
Se cuenta también cómo la culminación de las agujas de Juan de Colonia en 1458 convirtieron a Burgos «en la urbe con la catedral más alta de toda la corona», una especie de competición que existió durante los siglos del gótico en las ciudades europeas. Se habla de la innovadora mano de Gil de Siloé en la capilla de la Concepción o de Santa Ana, de la que afirman que cuando el artista la diseñó «no existía construcción alguna semejante en madera policromada en Castilla». Y de cómo tanto en éste como en el sepulcro de alabastro creado por Diego de Siloé destacan el peso y el protagonismo en las obras de la basílica del obispo Luis de Acuña, que está enterrado en ese oratorio.
De Bigarny se evidencia su trabajo en la Catedral durante más de 25 años y su relación con los Velasco, al margen por su puesto de mencionar su trabajo en el trasaltar, la sillería del coro o el sepulcro de los Condestables. Del Borgoñón se dice que el retablo mayor de este oratorio «refleja la disputa artística e intelectual» que mantuvo con Siloé.
Continúa el análisis con el tardobarroco y el neoclasicismo que dan por concluidas las ampliaciones de la Catedral, aunque no termina aquí el relato de la revista. Muy Historia habla también de las restauraciones de Vicente Lampérez, la categoría de Monumento Nacional en 1885 y el título de la Unesco en 1984.