Ermita de Ntra. Sra. de la Concepción y S. Sebastián |
Pinturas murales de la ermita |
Construida en la segunda mitad del siglo XV, únicamente queda la capilla mayor de la ermita, antecedida por un arco toral apuntado y cubierta por una bóveda de crucería de cinco claves – dos con estrellas, una con cruz, otra con escudo y la central con una flor de lis – nervios cruceros, terceletes y ligaduras, que apoyan sobre ménsulas.
A mediados del siglo XVIII se realizó un retablo de madera, de estilo barroco y policromado, y se procedió al encalado de los muros. Con el paso de los siglos, el retablo se fue deteriorando hasta desaparecer y la caída de los encalados y repintes por la falta de mantenimiento del edificio hizo que reaparecieran las imágenes originales góticas.
En el mismo muro del testero, hacia el lado del Evangelio, se representa el martirio de San Sebastián y en el muro lateral se resiste a desaparecer en su totalidad otra pintura, en forma de friso (de 5,50 metros de ancho), que representa la Última Cena.
Casa torre de Diego Cacho |
Esta casa de verano que perteneció a Diego Cacho Sierra, un caballero nacido en Laredo en 1686 y descendiente de la casa de Cachupín, está ubicada en un alto, sobre los restos de una antigua fortaleza del siglo XV, desde donde se divisaba el movimiento portuario entre la villa laredana y la ría de Santoña, su playa, el fuerte de San Martín y el monasterio de Montehano.
En su fachada simétrica lucen las armas de los apellidos de su fundador. Cacho Sierra convirtió el edificio en un volumen regular, cúbico, de dos alturas, cubierto por tejado a cuatro aguas, hoy en un lamentable estado de abandono, según la asociación de defensa del patrimonio. Su capilla, actualmente muy deteriorada, se emplea como almacén.