El slogan o tagline que acompaña al título de esta película, “Un golpe made in Hollywood”, ya sugiere que nos encontramos ante lo que se suele denominar “cine dentro del cine”. Lo que no se explicita, y se comprueba pronto, es que se trata de una divertida comedia.
"La última gran estafa" tiene su propia historia porque se trata de un remake de una película homónima de Harry Hurtwitz, del año 1982, que es uno de esos filmes “malditos” que nunca llegaron a estrenarse. El cineasta George Gallo fue una de las pocas personas que llegaron a verlo y a encontrar su potencial. Tras años en los que diferentes profesionales declaraban tener los derechos, Gallo, obsesionado con ella, buscó quien los tenía para filmarla.
Es un auténtico lujo el increíble reparto de veteranos actores que ha reunido: Robert de Niro, Tommy Lee Jones y Morgan Freeman, quienes tan solo con su presencia ya dan cierto “pedigrí” a cualquier cinta. Esta reunión de estrellas defiende con mucho talento, y todavía más humor, los cómicos gags que transcurren en el rodaje de la película, nada menos que un western, que contiene momentos realmente graciosos propiciados por esos intentos de asesinato.
Cualquier aficionado al cine disfrutará, aunque sea de manera ficticia, de ese rodaje lleno de contratiempos así como de los enfrentamientos dialécticos entre Robert De Niro (que encarna al productor en problemas) y Morgan Freeman (que se mete en el papel de un mafioso, “frikie” del cine, que se conoce multitud de películas y hace mención de situaciones que ocurren en ellas).
Tiene elementos de screwball comedy (comedia alocada) no solo por el tono de guasa de toda la película sino por los porrazos que contemplamos y por la aparición en el desarrollo de diversos animales, es el caso del caballo amaestrado Caramelo o un toro bravo.