Casco histórico de Cáceres |
Este año, en ese reportaje clásico del periodismo de viajes ( Discoveries of 2020), incluye el desierto de Chad, la península de Pelión y Santorini, en Grecia; los mariscos de la costa norte de Cuba, el norte de Suecia, Mazara del Vallo, en Sicilia; el oro precolombino en los museos de Costa Rica, los arenques de la península de Jutlandia, en Dinamarca; una ruta por la Antártida, o los tesoros antiguos de Peshawar, en Pakistán.
En ese punto de exotismo, de viajes para viajeros más que para turistas, ocupa un lugar destacado (el primero del reportaje), la ciudad medieval y «fantasma» (Tim Moore la conoció este verano, en plena pandemia, con pocos turistas en las calles) de Cáceres.
«Cáceres floreció en la Reconquista, un puesto avanzado de riqueza y esplendor en la región más pobre de España, y permanece en un estado de desarrollo detenido», se lee en el texto, que continúa aportando detalles de las ventanas enrejadas, de los arcos en las puertas, de los escudos de armas... «Y no había ni un alma a la vista, las callejuelas vacías por la doble dosis de desolación de la siesta y una pandemia. Para entonces había pasado por muchos otros pueblos fantasmas cerrados, pero el aire medieval le dio a Cáceres un ambiente místico y cautivador. Conduje mi bicicleta alrededor de plazas desiertas, torres de iglesias y tabernas cerradas».
Lo cierto es que el casco antiguo de Cáceres es una referencia del turismo en España y en Europa. No en vano ostenta desde 1968 el título de "Tercer Conjunto Monumental de Europa", declarado por el Consejo de Europa; y es ciudad Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 1986. En el interior de ese casco histórico hay un total de 41 palacios y casas fuertes, 1.238 escudos señoriales y un aljibe musulmán en perfecto estado de conservación, además de dos barrios judíos y 30 edificios declarados Bien de Interés Cultural (BIC).
Hay que recordar que en 2015, el periódico «The New York Times» ya incluyó Cáceres en su listado de 52 lugares del mundo para visitar aquel año, cuando fue Capital Española de la Gastronomía.