Manuel Maestre |
A sus 51 años, quedan lejos las horas de recreo y las primeras miradas, la experiencia vital ha envuelto su poesía de otro tono distante de aquel inicial, pero reconoce que sus versos de hoy son herederos de aquellos que surgían en las clases de la Sagrada Familia y hace un guiño a aquel joven con la inclusión de algún poema de la época: Dejaré un reproche olvidado / en algún sitio de tu voz / donde el camino / se hace duro con la noche / y la derrota es ese huésped / que nos visita al caer el día (...).
Los años han virado su poesía hacia las raíces, los paisajes de su pueblo, Quintanamanvirgo, la vida de trabajo y esfuerzo de su padre representada en el árbol vigoroso que crece en medio de un campo sin puertas -Que privilegio / sentarme a tu vera / y sentir retoñar / el calor que alimenta / la candela...-, el amor por encima de todo a su familia, la seguridad encontrada en su casa, el rechazo de la envidia... o la importancia de la cultura, de los cómicos, de los que se siente parte -es miembro del grupo de música tradicional Arbayal-.