Nueva adaptación cinematográfica de una de las obras más populares de Jane Austen, cuyas novelas siguen de plena actualidad, porque supo retratar las convenciones y costumbres sociales de su época transmitidas con un elegante y fino sentido del humor. En la versión que llega ahora a los cines, Emma está encarnada por Anya Taylor Joy, cuya actuación nos inquietó en la terrorífica La bruja y aquí, por el contrario, nos hace sonreír.
Emma Woodhouse es una joven hermosa, inteligente y adinerada, es además la reina indiscutible de los tejemanejes amorosos de su aburrido pueblecito inglés. En esta brillante sátira de las clases sociales -y de lo difícil que puede ser dejar atrás la adolescencia y afrontar los retos de la vida adulta-, Emma deberá lidiar con las consecuencias de varios emparejamientos pocos afortunados y algún que otro traspiés romántico para descubrir un amor que siempre había estado a su lado.
Se trata de una comedia romántica que está considerada una de las mejores novelas de Austen porque encierra más ironía que otras de la escritora mientras nos traslada perfectamente a la encorsetada sociedad británica de comienzos del siglo XIX donde las clases sociales estaban claramente marcadas.
La versión que nos ocupa es deliciosa porque abunda en lo humorístico y alarga, con agudeza, tanto las situaciones como los diálogos de la obra original. Nos atrevemos a aventurar que será muy bien recibida por las “influencers” porque tras la cámara debuta como directora Autumm de Wilde, una artista conocida entre esas cuestionadas “propulsoras de tendencias” porque De Wilde es famosa por sus trabajos en el campo de la fotografía en anuncios para clientes como Prada, Uniqlo o Google, y videoclips para artistas de la talla de Florence + The Machine, The Decemberists, The Raconteurs y Starcrawler.