Existen decenas de fobias diferentes, y una de ellas es la turofobia. Se denomina como tal al miedo irracional al queso. Se trata de un desorden muy complejo, que va mucho más allá del rechazo al queso. El simple hecho de ver un trozo de este alimento, o de olerlo, puede hacer que las personas que sufren turofobia. tengan un ataque de pánico.
Es, por lo tanto, una alteración que condiciona en gran medida la vida de quien la padece, sobre todo en el ámbito social. Para las personas es muy problemático el hecho de que hasta el olor a queso pueda provocarles un ataque de pánico o una crisis de ansiedad.
Aunque con algunas fobias los psicólogos pueden encontrar un estímulo que provoque el miedo irracional, no ocurre así con la turofobia.
¿Cuáles son los síntomas de la turofobia?
Por supuesto, las personas que sufren esta fobia en ningún caso comen queso. No hay que olvidar que el queso es uno de los alimentos más populares del mundo, y muchos platos lo tienen entre sus ingredientes, como por ejemplo la pizza o la pasta.
El problema es grave porque no se trata de una fobia que se limita a no poder consumir este alimento, sino que los síntomas de ansiedad aparecen también cuando lo huelen, e incluso cuando lo imaginan.
En lo que respecta a los síntomas más frecuentes que experimentan los turofóbicos, son: mareos, náuseas, palpitaciones, aumento del ritmo cardíaco, pensamientos distorsionados y sensación de irrealidad.
Una vez diagnosticada la turofobia, es importante acudir a un psicólogo especializado en fobias. El tratamiento no está orientado a que las personas puedan comer queso en el futuro, sino a evitar que puedan desarrollar otros trastornos emocionales. También se trabaja para no sufrir las consecuencias tanto psicológicas como sociales de sufrir una fobia de este tipo.