Un mínimo argumento, pero un suspense bien dosificado, le sirve al director Lluis Quílez para atrapar al espectador con esta historia de supervivencia en circunstancias adversas.
A Martin, un policía nacional, le toca en su primera misión en un nuevo destino conducir un furgón que traslada presos a otra cárcel, alguno de ellos peligroso. En pleno invierno, y con unas circunstancias atmosféricas adversas, el furgón es asaltado. El policía logra sobrevivir atrincherándose con los delincuentes dentro del cubículo blindado, mientras los presos pretenden acabar con él y escapar. Pero en el exterior alguien acecha porque reclama a uno de los reclusos y utilizará todos sus recursos para que los encerrados se lo entreguen.
Debut en un largometraje, el buen hacer filmando del barcelonés Lluis Quilez está avalado por su extensa carrera como cortometrajista, donde ha sido multipremiado. En esta ocasión ha coescrito el guión con Fernando Navarro, muy curtido en el género del thriller por su colaboración con el también director Kike Mailllo (Toro y Cosmética del enemigo).
El relato, lleno de tensión, no contiene excesivos diálogos pero sí muy significativos para retratar la personalidad de cada uno de los reclusos, mientras utiliza recursos narrativos audiovisuales que cumplen perfectamente su cometido en secuencias de acción, donde las peleas son constantes. Que la historia está bien rodada se demuestra porque hay muchas escenas que transcurren dentro de un escenario tan estrecho como un furgón y se deslizan correctamente.
Muy oscura en imágenes funciona muy bien el misterio de cuál es el preso al que busca el asaltante, que no es precisamente el que todos veríamos como el más previsible.
En este este sentido también es muy importante la interpretación facial y gestual del reparto, donde tres veteranos como son Javier Gutiérrez, Karra Elejalde y Luis Callejo realizan actuaciones destacadas. Como es usual en el cine español, en el lenguaje de los personajes abundan los tacos, dentro de un contenido de ultraviolencia incluso con algún toque gore, que no hace esta película apta para gente sensible.
Igualmente, el film de manera tácita lanza una mirada crítica a la justicia humana, muchas veces tan arbitraria, y una denuncia de un sistema legal “blando” que deja en la calle, en poco tiempo, a delincuentes reincidentes sean de la edad que sean.