La exposición ‘Para días de dar humo’ que se puede ver hasta el día 28 de febrero en el Monasterio de San Juan, realiza una fusión perfecta para comprender el traje popular. La visión de Esther Adrián Fernández y Jon Quintano Guillate sobre el costumbrismo burgalés se funde con las colecciones de indumentaria burgalesa de Alfonso Díez Ausín.
Vestidos que nos hablan de épocas pasadas, de ritos y liturgia, de ciclos de vida y de las gentes que los portaron durante generaciones como joyas de una herencia familiar que aún permanecía en boga. Fueron arrumbados por las modas contemporáneas y la globalización, perdiendo de este modo el marcado simbolismo que tuvieron, la representatividad que les marcó como seña de identidad inconfundible, y la gravedad que les imprimía su utilización en esas celebraciones especiales.