Talla de águila real encontrada en el Templo Mayor |
Los aztecas encontraron esta zona en algún momento entre el año 1314 y 1327, donde fundarían Tenochtitlán, convirtiéndola en la gran capital de la civilización azteca. Desde ese momento, no solo se convirtió en la ciudad más avanzada y prolífica de este imperio, sino que el culto al águila real se convirtió en su 'leitmotiv' pues, no en vano, les había indicado la zona en la que levantar su ciudad sagrada. Ahora, siete siglos más tarde, los descubrimientos siguen saliendo a la luz.
Un equipo de arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de México ha hallado el mayor bajorrelieve nunca antes encontrado en la zona y, como no podía ser de otra manera, fue creado en honor a este legendario animal. Se ha encontrado en una de las zonas sagradas más importantes de la ciudad, en concreto en el Templo Mayor, donde una impresionante figura de un águila real de 1,06 metros por 70 centímetros fue tallada en las paredes de la roca volcánica.
Esta impresionante talla no solo es importante por su simbolismo, pues confirma una vez más que el águila real era un animal mítico para la civilización azteca, sino que su propia ubicación hace pensar que, posiblemente, se trataba de la zona más importante de la ciudad. De hecho, los expertos consideran que pudo ser el eje central de Tenochtitlán (hoy en día, Ciudad de México), siendo el gran lugar de culto sagrado y, con casi total seguridad, la zona fundacional de la ciudad.
Los expertos han determinado que esta talla fue creada entre el año 1440 y 1469, durante el Gobierno de Motecuhzoma Ilhuicamina, y, con casi total seguridad, en el punto exacto en el que la leyenda dice que el águila real se apoyaba sobre la higuera. En los últimos años, los expertos del INAH han sido capaces de encontrar unas 70 representaciones de águila real en la ciudad, pero ninguna tan grande ni tan importante como esta. Especialmente por su ubicación.
Se encuentra en el eje central del lugar sagrado de Huitzilopochtli y la monumental escultura de la diosa Coyolxauhqu, diosa de la Luna. Esta figura es única en todo el Templo Mayor y alude a la doble concepción del edificio. En el sur, hay elementos como el águila, vinculada al ciclo mítico del nacimiento de Huitzilopochtli; en el norte, los bajorrelieves representan a Tláloc, el ciclo del agua y la regeneración del maíz.
Es importante señalar que el vínculo de los aztecas con el águila real va más allá de las leyendas. De hecho, en las últimas investigaciones se han encontrado huesos de este animal, posiblemente utilizados en sacrificios, además de reseñar que el gran ejército local era conocido como los guerreros águila, por su fiereza y sus adornos, con plumas y cascos que representaban a este animal. Ahora, el punto fundacional de Tenochtitlán ha sido encontrado, con una talla digna de los mismos dioses.