Han pasado ya 75 años desde aquel 11 de diciembre de 1946, fecha en la que nace UNICEF con un mandato muy claro: ayudar a todos los niños, niñas y jóvenes cuyas vidas y futuros estaban en riesgo, sin importar quiénes eran ni dónde vivían. En ese momento, la Segunda Guerra Mundial había llegado a su fin, pero las consecuencias eran muy evidentes en muchos países.
Durante más de siete décadas trabajamos incansablemente para salvar, proteger e impulsar los derechos de la infancia, haciendo frente a los desafíos más importantes de nuestra historia, para ayudar a crecer a millones de niños y niñas en todo el mundo.
En un año en el que deberíamos mirar hacia adelante, estamos retrocediendo. Y es que la COVID-19 está poniendo en peligro décadas de progreso en cuestiones fundamentales para los niños: como la pobreza, la salud, el acceso a la educación, la nutrición, la protección infantil y el bienestar mental. .
Se estima que nada menos que 100 millones de niños más viven en situación de pobreza multidimensional debido a la pandemia, un aumento del 10% desde 2019. Esto equivale aproximadamente a 1,8 niños por segundo desde mediados de marzo de 2020.
Llevará mucho tiempo recuperar el terreno perdido. Se estima que, incluso en el mejor de los casos, tardaremos entre siete y ocho años en recuperarnos y regresar a la situación en materia de pobreza infantil que había antes del COVID.
Otros datos dramáticos que nos deja esta pandemia
- Más de 1.600 millones de estudiantes no pudieron asistir a la escuela debido a los confinamientos decretados en los países. En el primer año de crisis, las escuelas permanecieron cerradas durante casi el 80% del tiempo de enseñanza presencial.
- Los problemas de salud mental afectan a más de un 13% de los adolescentes de 10 a 19 años. En octubre de 2020, la pandemia había interrumpido o suspendido los servicios de salud mental esenciales en el 93% de los países de todo el mundo.
- Antes del final de esta década, pueden producirse hasta 10 millones de matrimonios infantiles más.
- El número de niños sometidos al trabajo infantil ha aumentado hasta alcanzar los 160 millones, lo que supone un aumento de 8,4 millones de niños en los últimos cuatro años. Además, otros 9 millones de niños corren el riesgo de verse obligados a trabajar hasta finales de 2022 como resultado del aumento de la pobreza provocado por la pandemia.
- 1.800 millones de niños y niñas vivían en los 104 países donde se interrumpieron gravemente los servicios de prevención y respuesta a la violencia.
- 50 millones de niños sufren desnutrición aguda, la forma más letal de malnutrición, y esta cifra podría aumentar en 9 millones antes del final de 2022.
Además de la pandemia, existen otras amenazas para la infancia que ponen en grave peligro sus derechos. En todo el mundo, casi uno de cada cinco niños vive en zonas donde los conflictos son cada vez más intensos. El 80% de todas las necesidades humanitarias están motivadas por conflictos. Del mismo modo, alrededor de 1.000 millones de niños y niñas (casi la mitad de la población infantil mundial) viven en países extremadamente vulnerables a los efectos del cambio climático.