Nochevieja en Bérchules |
Cuando llega el 31 de diciembre, los daneses tiran platos contra las puertas de las viviendas de sus amigos para demostrarles lo mucho que les quieren, los chinos no celebran el fin de año el 31 de enero, sino que lo celebran coincidiendo con la segunda luna nueva del solsticio de invierno, que tiene lugar entre el 21 de enero y el 20 de febrero. Los australianos y los brasileños celebran el cambio de año en verano, los primeros lo hacen haciendo el mayo ruido posible con todo lo que se pone en su camino, ya sean las bocinas de los coche, las cacerolas, silbatos,... y los segundos se van a las playas de Río para soltar millones de pequeñas velas flotantes en el mar.
Como puedes ver, celebrar el final de un año y la entrada en el siguiente es algo universal, y todo el mundo lo celebra... pero no todos lo hacemos de la misma forma. Aunque no haga falta recordarlo, en España lo celebramos tomándonos nuestras doce uvas, coincidiendo con los 12 últimos segundos del año.
Sin embargo, hay un pueblo en nuestro país que se sale de la norma. Su nombre es Bérchules, y es una localidad granadina de poco más de 700 habitantes que -durante el primer sábado del mes de agosto- acoge a unos 10.000 turistas de todos los rincones de España para celebrar con ellos la Nochevieja.
Lo que incluye una cabalgata de los Reyes Magos, charangas, el lanzamiento de cohetes, un concurso de belenes... y -como no- tampoco podía faltar la tradición de tomarse las uvas a las 00:00 horas. Es tanta la importancia económica y cultural de esta festividad para los vecinos de Bérchules, que la Junta de Andalucía la declaró el año pasado como fiesta de interés turístico.
La tradición de la Nochevieja de agosto de Bérchules se remonta hasta la Nochevieja del año 1994, cuando las inclemencias del tiempo dejaron sin luz a todo el pueblo... justo cuando tenían lugar las campanadas de fin de año. La indignación fue tal, que alrededor del 95% de los vecinos salieron a manifestarse. Pero como no hay mal que por bien no venga... allí se llegó a una solución creativa: La Nochevieja no se celebrará más el 31 de diciembre, sino que se hará durante el mes de agosto, cuando hay menos posibilidades de que el clima arruine la celebración.