Iglesia de San Salvador de Cantamuda |
Nuestro viaje arranca por la cabecera del término municipal, San Salvador de Cantamuda,. Atravesando el burgo antiguo de San Salvador y su puente medieval sobre los primeros pasos del río Pisuerga, nos topamos con uno de los tesoros de estos lares, su iglesia parroquial, uno de los edificio señeros del románico palentino con una espadaña que ha dado la vuelta al mundo. La historia señala que la iglesia fue la de un antiguo monasterio, edificada a finales del siglo XII y que el propio rey Alfonso VIII la puso bajo la protección de los prelados palentinos. En la plaza del pueblo se conserva la “picota” jurisdiccional y llaman la atención dos soberbias casonas blasonadas.
Nuestros pasos nos llevan hasta Lebanza y la Abadía de Lebanza. En el primero destaca su arquitectura tradicional, mientras que en la abadía, que nada tiene que ver con el originario fundado por los condes Alfonso y Justa allá por el año 932, queda una fábrica del siglo XVII neoclásica, que hasta hace unos años era utilizado como seminario menor.
Mirador en la Montaña Palentina |
En Tremaya uno se imagina el viejo castillo, forjador de la leyenda de la fundación de San Salvador para a continuación desviarnos en dirección a San Juan de Redondo y Santa María, donde nos podemos adentrar en el Valle de Redondo, un auténtico paraíso para los andarines, con unos bosques cargados de riquezas botánicas y faunísticas. Y cerca de aquí podemos acercarnos hasta la Cueva del Cobre o Fuente Cobre o el Circo glaciar fósil de Covarrex.
Vamos acabando ya este recorrido por la Montaña Palentina atravesando Areños y Camasobres y Casavegas para descubrir otros auténtico tesoro como son las Hoces de Piedrasluengas, y al fondo los Picos de Europa. Y también vista para descubrir Peña Labra, el Pico Tres Mares, Cuchillón y Cueto Mañinos, todos ellos por encima de los 2.000 metros. Un paraíso para los senderistas y los amantes de la naturaleza.