Balcón de los conjuros de la Catedral de Murcia |
En España existen conjuratorios de muy diversos tipos. Algunos de ellos tienen destacado valor artístico, como los de la catedral de Murcia, que cuenta con cuatro conjuratorios en las esquinas del denominado "Balcón de los Conjuratorios", en el tercer cuerpo de la Torre de la Catedral, con un balcón sobresaliente para la propia realización de los conjuros en su orientación sur.
Pero, ¿para qué servían estos balcones situados en las iglesias? Su función era permitir al sacerdote la conjuración de las tormentas o realizar distintos rituales propiciatorios, como la bendición de los campos u otros.
Esta antigua práctica, ya en desuso, trataba de alejar el mal que podían engendrar los elementos atmosféricos sobre la feligresía, indefensa entonces ante la fuerza de los fenómenos atmosféricos como el rayo, el viento, la tormenta, el frío o la nieve.
Por extensión, el mal podía venir también en forma de inundaciones o riadas que anegaban los campos, o también de enfermedades, como la peste, que diezmaba la población. Pero también podía llegar en forma de sequía y entonces, aparte de las rogativas habituales que se celebraban en la Iglesia, también se conjuraban los elementos atmosféricos para la protección de las cosechas. Éstas eran el principal medio de subsistencia para la población en otros tiempos.