Todos nos acercamos a Kafka con la expectativa de ahondar en una idea vaga que tenemos en la memoria, de definir un poco los perfiles inasibles de una obsesión. Todos podemos reconocer qué es Kafka pero, ¿cómo fijarlo? La semana que viene, llegará a las librerías españolas material nuevo al que agarrarse: la editorial Galaxia Gutenberg publicará, al mismo tiempo que varios sellos de todo el mundo, Los dibujos, la colección completa de la obra gráfica del escritor de "El castillo".
Los dibujos tienen una historia larga. Son la última gran pieza desconocida en la creación de Franz Kafka. Sólo se empezó a saber de ellos cuando se empezaron a publicar sus "Obras completas" en 1982 y sólo parcialmente. La mayoría de los dibujos que ahora se editan estuvieron inaccesibles hasta 2019.
Max Brod [el amigo y recopilador de la obra de Kafka] e Ilse Esther Hoffe (la secretaria de Brod y su heredera) guardaron los dibujos sin publicarlos. Cuando ella murió, en 2007, sus hijas se convirtieron en sus propietarias, pero la Biblioteca Nacional de Jerusalén reclamó la colección porque una cláusula en el testamento de Brod preveía que ésa debía ser su residencia, el lugar en el que debían exponerse los dibujos. El caso llegó a los juzgados y no tuvo desenlace hasta una década después. La justicia israelí falló a favor de la Biblioteca Nacional que desde 2019 muestra las pinturas de Kafka. Es ese conjunto el que, unido a los dibujos, unos 40, que conservó la familia Kafka y que están depositados en Oxford y en el Archivo de Literatura Alemana de Marbach, los que hacen este libro.
¿De qué material estamos hablando? "Kafka empezó a dibujar antes de escribir. La mayoría de estos dibujos vienen del periodo 1901-1907, cuando estudia en la Universidad Alemana de Praga, primero Química y después Derecho. Durante todo ese tiempo, asistió a cursos de Literatura e Historia de Arte. ¿Eran sus dibujos algo importante en su vida? ¿O eran garabatos que hacía mientras escuchaba lecciones aburridas?. Tiene una carta a [su novia] Felice Bauer en la que dice algo así como: "Tiempo atrás fui un gran dibujante; dibujar me satisfacía más que ninguna otra cosa". Sin embargo, Kafka no sistematizó su trabajo en el papel. Dibujaba en hojas sueltas que no cuidaba. Sólo Max Brod, que también fue un gran dibujante, se preocupó de guardarlos.
Algunos datos importantes más, Kafka tuvo un profesor de arte especialista en Japón que le dejó una huella muy profunda. Quiso dar una conferencia que se iba a llamar "Japón y nosotros" que nunca se celebró, pero la influencia está en sus dibujos: todos esos dibujos monocromos, esas tintas negras hechas con pinceles finos...