Un equipo de arqueólogos en Colombia ha encontrado un conjunto de recipientes cerámicos ofrendatarios dentro de los restos de los cimientos de un antiguo templo. Algunas de estas vasijas contenían conjuntos de figuras orfebres, esmeraldas, una concha marina del Caribe y tumbaga lista para trabajar. Los restos están asociados a una zona funeraria en la que se han recuperado también abundantes recipientes cerámicos e información clave para entender el pasado de esta región de los Andes Orientales, la misma zona en la que se buscó el legendario 'El Dorado'.
Los españoles arribaron a esta zona en el 1536, y se quedaron maravillados por el pulido arte con el metal de los indígenas, de ahí que, debido a la abundancia de objetos de oro en la zona, pronto se fabricara una leyenda sobre una ciudad donde los reyes eran cubiertos con oro en polvo a su muerte para ofrendarlo a los dioses, naciendo así el actual mito de 'El Dorado'. Este hallazgo ha sido vinculado por los expertos a un tesoro que perteneció a los muiscas, un antiguo pueblo indígena que vivió en este altiplano cundiboyacense (la región interior andina de Colombia), situado en el centro del país.
Los muiscas fueron inspiradores de una de las leyendas de 'El Dorado'. Este es un mito que se repitió en varios lugares según los españoles iban ingresando en el territorio americano.
Así encontraron un conjunto de recipientes muiscas con sus ofrendas en estado intacto, esto es las esmeraldas y también representaciones de nobles personajes ataviados con cetros, armas y tocados. Según avanzaron los trabajos fueron apareciendo nuevas joyas con forma de serpientes y agujas.
Los objetos corresponden a las actividades rituales. Los restos de estructuras son similares al Templo del Sol de Sogamoso y a otras registradas en el sitio Arqueológico "Nueva Esperanza". Pueden ser a sus ancestros, antiguos caciques, o alguno de los personajes de su panteón de deidades entre los que se cuentan el Sol, la Luna, Bochica y Bachué, entre otros.
En esta provincia de Cundinamarca, específicamente en la laguna de Guatavita, muy cerca del lugar de los hallazgos, es donde supuestamente se realizaba esta ceremonia en donde un cacique era cubierto con resina y polvo de oro. Y desde una balsa se arrojaban las ofrendas a la laguna para, al final, acabar sumergidos en sus aguas.
El sitio arqueológico es grande, de varias hectáreas y seguramente aún hay muchos objetos arqueológicos allí. Es importante notar que hay una fuerte actividad de saqueo en la zona. Acá se conoce como guaquería, que es el expolio de sitios y yacimientos arqueológicos de manera ilegal y con fines de lucro.
Estas excavaciones se han llevado a cabo dentro de un proyecto de arqueología preventiva dentro del marco de un proyecto de construcción de carreteras.