El éxito arrollador el pasado año de la miniserie televisiva "Gambito de dama", revitalizó y puso de moda, a nivel popular, el juego del ajedrez. Lo cierto es que, en el año 1941, meses después del suicidio del escritor Stefan Zweig se publicó su "Novela del ajedrez", una de sus obras más magistrales y que The Royal game adapta al cine. Se trata de la segunda traslación a la gran pantalla, porque el gran actor alemán, Curd Jürgens, ya había protagonizado, en el año 1960, la que se titularía en nuestro país Juego de Reyes.
En la ciudad de Viena, del año 1938, los nazis acaban de anexionarse Austria y el notario Josef Bartok sabe que está en grave peligro. Cuando se prepara para huir, es detenido por la Gestapo y encerrado en un hotel reconvertido en prisión. Solo saldrá de su cautiverio si colabora con los nazis y les entrega la información confidencial que posee sobre sus clientes. Bartok no está dispuesto a ceder, pero el aislamiento en soledad empieza a cebarse en su mente hasta que "roba" un libro de ajedrez, éste ejemplar le ayudará a mantenerse cuerdo y a convertir el juego en su resistencia contra la opresión.
Cuerpo y alma van unidos en cualquier ser humano y este film lo desarrolla de forma interesante porque se centra, fundamentalmente, en la tortura psicológica a la que someten a un hombre para destrozarlo anímicamente. La historia, narrada mediante flashbacks, se desarrolla en dos escenarios fundamentales: la habitación-cárcel donde retienen a ese intelectual y donde se convierte, sin pretenderlo, en un impresionante jugador de ajedrez y el trasatlántico que le está llevando a Nueva York, donde podemos comprobar el precario estado mental en el que ha quedado tras las torturas.
El director Philipp Stölzl, conocido por su trabajo en el "El Médico" (2013) consigue transmitir la atmósfera agobiante y asfixiante que sufre el protagonista, un trabajo magistral a cargo de la estrella alemana Oliver Masucci que a pocos dejará indiferente. Es cierto que la película podría haber aligerado en metraje y el resultado hubiera sido igual de interesante.
Al fondo de esta impresionante novela uno de los terrores que más han practicado los regímenes totalitarios: intentar derrotar la voluntad de las personas y deshumanizarlas.