Carla Simón |
Y precisamente es eso, su obcecada particularidad, su devoción por el detalle, su amor incondicional a la verdad y su simple y dura belleza, lo que otorga a este premio no más valor tal vez, pero sí más sentido. Es el convencimiento con el que Carla Simón se planta delante de la realidad y hasta del cine para exigir de ella y de él la misma vida, el que sin duda coloca Alcarràs en el momento justo y con el "Oso de Oro" oportuno.
No se trata tanto de hacer Historia (así con mayúscula) como historia, mucho más minúscula pero que deja más mancha. En tiempos de algoritmos, bienvenidos sean los melocotones. Porque en efecto, de eso trata la segunda película de la directora de "Verano 1993" que hace ahora cinco años y sobre el mismo escenario se coronó como la mejor debutante, de melocotones, de melocotones (y paraguayos, que de todo hay) que huelen y saben a melocotones. Pero también huelen y saben a asuntos más graves como la identidad, la memoria y la esperanza que se pierde.
Se cuenta la vida de familia Solé. Y se cuenta el momento de un verano en el que el abuelo dejó de hablar. Lo que durante décadas han cultivado los Solé sin más acuerdo que la palabra del que fuera propietario, ahora se pierde. Los herederos reclaman lo que los títulos de propiedad dicen que es suyo. Lo viejo se ve las caras con lo nuevo; el progreso, dicen, no entiende de tiempos verbales. El futuro de las placas solares se lleva mal con los árboles frutales. Y con la memoria. La energías limpias de repente ensucian.
Más de seis años llevaba la directora detrás de un proyecto interrumpido mil veces y otras tantas vuelto a levantar. Y todo ello para construir un universo perfecto donde todo encaja, donde se brasean caracoles, se baila "La patrona", se cazan conejos y los niños juegan a imaginar que son niños. La familia ficticia compuesta por Jordi Pujol Dolcet, Anna Otín, Xenia Roset, Albert Bosch, Ainet Jounou, Josep Abad, Montse Oró, Carles Cabós y Berta Pipó es el realidad la más verdadera de todas las familias imaginables. Es ficción contra la ficción de la ficción. La actriz que en realidad no lo es que hace de la adolescente Mariona y que desde sus ojos asustados y a la vez desafiantes cose y descose las heridas de todo lo que le rodea se antoja la mirada de la propia directora y, apurando, de cualquiera de los espectadores.
Alcarràs discurre sin esfuerzo y elegancia en un territorio nuevo de identificación y plenitud al que todos somos invitados a tomar parte. Alcarràs se construye sólo delante de la mirada y en el momento mismo de ser contemplada. No hay separación ni barrera. La pantalla cede, cae, hasta eliminar completamente el engaño pueril de la fabulación. Alcarràs es de una belleza que de tensa acaba por doler. Alcarràs. Memoricen el nombre. Alcarràs es el más brillante y justo "Oso de Oro", pero no de un pueblo de Lleida, ni siquiera de España. Alcarràs es un "Oso de Oro" de todos desde la claridad de saberse una película única e irrepetible.
Por lo demás, el palmarés cumplió como pudo y de forma algo arbitraria con una sección oficial esencialmente accidentada y obligada a convertir la escasez pandémica en virtud ligeramente enferma. Febril. Bien, el segundo premio en importancia, el Gran Premio del Jurado, para The novelist`s film, de Hong Sangsoo, proyectada el mismo día de la gala de clausura. De nuevo, el director coreano construye un puzle tan delicado como irónico a ras del suelo y de la vida donde está vez se discute sobre la esencia misma del cine, del cine de Sangsoo. Memorable un final cerca de la melancolía desnuda. Bien también, el segundo galardón del jurado para la mexicana Natalia López Gallardo por su enigmático y sonámbulo viaje al fondo de la violencia en Manto de gemas. Y bien, por supuesto, por obvia, la mención a Claire Denis como directora por su obsesivo y turbio trabajo en "Avec Amour et Acharnement'. Y hasta aquí las buenas noticias. Lo demás rozó el disparate. Mal, o muy mal, que la película de Isaki Lacuesta "Un año, una noche" no entrara en los premios. Ni ella ni "Return to dust", del chino Li Ruijun. Y así.
Sea como sea, Alcarràs o la certeza de un cine tan improbable y escaso, tan delicado y único, tan sencillamente universal, que ante él sólo queda la posibilidad del entusiasmo o algo más extravagante como, por ejemplo, un bonito oso que ruge y es de oro.
Palmarés completo
Oso de Oro a la mejor película: "Alcarràs", de Carla Simón (España)
Oso de Plata Gran Premio del Jurado: "The Novelist's Film", de Hong Sangsoo (Corea del Sur)
Oso de Plata Premio del Jurado: Manto de Gemas, de Natalia López-Gallardo (México-Argentina)
Oso de Plata a la Mejor Dirección: Claire Denis, por "Avec amour et acharnement" (Francia)
Oso de Plata a la mejor interpretación: Meltem Kaptan, por "Rabiye Kurnaz vs. George W. Bush", de Andreas Dresen
Oso de Plata a la mejor interpretación de reparto a Laura Basuki, por "Nana" (Indonesia)
Oso de Plata al mejor guión: Laila Stieler por "Rabiye Kurnaz vs. George W. Bush", de Andreas Dresen
Oso de Plata a la mejor contribución artística: "Everything Will Be Ok" (Francia, Camboya), de Rithy Panh.
Oso de Oro al mejor cortometraje: "Trap", Anastasia Veber (Rusia)
Oso de Plata Premio del Jurado en cortometrajes: "Manha de domingo", de Bruno Ribeiro (Brasil)
Premio a la Mejor Ópera prima: "Sonne", de Kurdwin Ayub (Austria)
Premio al Mejor Documental: "Myanmar Diaries" (Países Bajos, Noruega)
Premio de la sección Encounters: "Mutzenbacher", de Ruth Beckermann (Austria)
Premio a la mejor dirección de la sección Encounters: "Unrest", de Cyril Schäublin (Suiza)
Premio especial del jurado de la sección Encounters: "À vendredi, Robinson", de Mitra Farahani (Francia, Suiza, Irán)
Oso de Cristal sección Generation 14Plus "Alis", Clare Weiskopf y Nicols van Hemelryck (Colombia)