Nadie más apropiado que la bellísima actriz Gal Gadot (Wonder Woman) para encarnar a una rica heredera que se enamora del apuesto novio de su mejor amiga, se casa con él y emprende un fantástico viaje de novios por Egipto. Entre los pasajeros del lujoso barco a vapor se encuentra el detective belga Hércules Poirot. Cuando en la travesía se produce la tragedia, el famoso investigador iniciará una búsqueda a contrarreloj del asesino.
El inteligente Kenneth Branagh (del que también se encuentra en cartel la autobiográfica y recomendable "Belfast") se ha enfrentado al hándicap de que "Muerte en el Nilo" se trata de una de las novelas más conocidas de la escritora británica que, además, ha tenido fantásticas adaptaciones al cine (sin duda la mejor junto a ésta es la que protagonizó Peter Ustinov), pues bien el reto Branagh lo ha superado con éxito. La razón está a simple vista, al igual que hizo cuando llevó a la pantalla grande "Asesinato en el Orient Express", a su eficiencia en la dirección de actores y unos diálogos trabajados, se suma que siendo fiel al texto literario introduce cambios en algunos personajes que funcionan bien y humaniza al estirado Poirot, del que llegamos a conocer algún dato desconocido de su biografía y su fisonomía. El guionista que ha encontrado el tono adecuado a este relato es Michael Green quien también fue responsable de esa parcela en "Asesinato en Orient Express".
Al igual que otras adaptaciones anteriores, toda la aventura se desarrolla en escenarios maravillosos que recrean el desierto y las majestuosas pirámides de Giza pero también el "Cataract Hotel de Asuán" El artista encargado de conseguir esta "magia" del cine fue diseñador de producción Jim Clay quien construyó un mercado de especias egipcio en los lagos de Cleveland haciendo las veces del Nilo. Pero entre todos los sets extraordinarios, la construcción más majestuosa fue la del. Karnak, el enorme y lujoso barco de vapor con ruedas laterales, con toques orientales e interiores exquisitos.
La frase trascendental en el film: "Cuando se es rica, nadie de verdad es tu amigo", es pronunciada de forma convincente por la mencionada Gal Gadot, en su papel de la elegante Linnet Ridgeway, bien respaldada por actores veteranos como Annette Benning y, por supuesto, en propio Kenneth Branagh.