Nada tiene que envidiar al de Gran Canaria o Brasil. Sin embargo, no ha sido hasta este 10 de febrero cuando el carnaval de Badajoz, cuyo testimonio más antiguo se encuentra en el ‘Libro de noticias de don Leonardo Hernández Tolosa’ (siglo XVIII), ha sido declarado oficialmente como "Fiesta de Interés Turístico Internacional" tras muchos años de trabajo y esfuerzo, un reconocimiento que llega en el momento justo para reactivar el turismo.
Nervios, emoción, nostalgia, alegría… Estos y otros sentimientos se agolpan en los corazones de los participantes de comparsas y murgas que este 2022 volverán a salir a las calles, del 25 de febrero al 1 de marzo, tras un año de parón por la pandemia.
Para calentar motores, y antes de salir a bailar y celebrar el reencuentro a las calles, es momento de acudir al "Teatro López de Ayala" para deleitarse con el concurso de murgas. Del 21 al 23 de febrero, catorce grupos -la cifra más baja desde 2001- se disputan el pase a la final en un espectáculo de música y humor crítico y satírico al que este año, desde luego, no le faltan temáticas para abordar. Hoy, 25 de febrero, Mario Vaquerizo, será el encargado de dar el pregón de esta edición desde el balcón consistorial situado en la plaza España, justo después del desfile infantil -en el que participan 31 comparsas- y antes de la final del concurso de murgas.
Esta celebración en la que se mezclan tradición, ingenio, danza y humor estará acompañada también por la música de un Dj en la "Puerta de Palmas" que alargará la fiesta junto al río el sábado 26 de febrero coincidiendo con la pasarela de las comparsas. A diferencia de otros años, no habrá música en San Francisco ni en San Juan, ya que la idea es que lo único que se escuche sea la percusión de las comparsas.
El gran momento de esta celebración llega el domingo 27 de febrero, día en el que 46 comparsas, 11 grupos menores y 27 artefactos, procedentes de la propia ciudad y de otros pueblos de alrededor como Olivenza, Don Benito o Barcarrota desfilan con gran orgullo ante la atenta mirada de locales y visitantes, que se acomodan en las calles horas antes del comienzo para coger sitio, mostrando que, para ellos, es mucho más que una fiesta.
Las fiestas terminan el 1 de marzo con el "Entierro de la sardina" en la barriada de San Roque, donde se puede degustar aguardiente, dulces y, por supuesto, sardinas y donde desfilarán trece comparsas, tres grupos menores y quince artefactos.
Aquellos que se queden con ganas de más pueden aprovechar la visita acudiendo al "Museo del Carnaval", en la poterna del Baluarte de Santiago. Es un espacio que muestra cómo se viven y disfrutan estas fiestas, así como su historia. Sus orígenes se remontan al siglo XIX, momento en el que se establece como fiesta popular en la que conviven el carnaval callejero con los bailes de máscaras, aunque no sería hasta 1981 cuando se consolidaría como el referente que es hoy. La entrada es gratuita.