lunes, 7 de noviembre de 2022

La "Capilla Sixtina'" de Madrid: una iglesia que es una joya desconocida en Malasaña

Interior de la iglesia
La ciudad de Madrid puede presumir de contar con una gran cantidad de monumentos y edificios históricos, muchos de ellos aún desconocidos por la gran mayoría de locales y visitantes. Así es el caso de la iglesia de San Antonio de los Alemanes, un templo situado en el barrio de
Malasaña, entre la calle Puebla y la calle Corredera Baja de San Pablo, que es toda una joya arquitectónica.

Esta iglesia barroca destaca por ser el único templo de Madrid con una planta elipsoidal, pero no solo por eso. Puede que su aspecto exterior pase totalmente desapercibido para quien recorre las calles de este moderno rincón madrileño, pero su espectacular interior no deja indiferente a nadie.

Un poco de historia

La construcción de este edificio, que estuvo dedicado desde sus orígenes a San Antonio de Padua, se inició en 1624 y se prolongó hasta 1633 y en ella intervinieron varios maestros de la época, como Pedro Sánchez, Francisco Seseña y Juan Gómez de Mora. En un principio formaba parte del Hospital de los Portugueses, fundado por Felipe III, quien ofreció la iglesia y el hospital contiguo a enfermos y peregrinos portugueses que pasaban por Madrid, de ahí que su nombre original fuese San Antonio de los Portugueses.

En 1640 la corona española perdió Portugal, por lo que este templo dejó de acoger a súbditos portugueses y permaneció vacío hasta que, en 1689, Mariana de Austria se lo cedió a los alemanes católicos que acompañaron en Madrid a la esposa de Carlos II, momento en el que adoptó su nombre actual.

Con el paso del tiempo este lugar dejó de acoger solo a portugueses o alemanes para pertenecer a la Hermandad del Refugio, asociación que prestaba ayuda a todos los necesitados, tal y como siguen haciendo hoy en día en el comedor social que se encuentra en uno de sus laterales. Ya antiguamente los sacerdotes salían a buscar pobres en la conocida como 'ronda del pan y el huevo'. De aquellos tiempos aún se guarda la plantilla de madera que utilizaban para ver si los huevos valían o no. Esta tenía un agujero y si el huevo pasaba por él se desestimaba por considerarse deshonroso para la hermandad.

Fachada de la iglesia
Un templo único

A simple vista, su fachada de estilo post-herreriano no llama la atención, decorada solo por una hornacina con una escultura del santo al que se dedica la iglesia, situada encima de la puerta de acceso. Sin embargo, una vez se entra dentro del templo la cosa cambia por completo.

Los frescos de su interior, que le han valido el apelativo de "La Capilla Sixtina de Madrid", fueron realizados en varias etapas por diferentes pintores de la época. Francisco Rizi fue el encargado de la composición arquitectónica que decora la cúpula –un claro ejemplo de trampantojo–, y al que también se le conoce por su contribución al Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial; Francisco Carreño de Miranda pintó, en el centro de la cúpula, a San Antonio ascendiendo hacia la Virgen, y Lucas Jordán fue el encargado de repintar las columnas de los frescos con los milagros de San Antonio arriba y con ocho santos monarcas europeos importantes en la lucha contra las herejías abajo. La bóveda fue decorada, en 1662, según bocetos de Agostino Mitelli y Michele Angelo Colonna, los mejores especialistas italianos en pintura al fresco. También llaman la atención los retablos de los seis altares menores y los retratos de los reyes y reinas que tuvieron alguna conexión con la iglesia.

En su cripta de planta de cruz latina, construida en ladrillo en los sótanos del templo, se hallan los restos de dos infantas de Castilla: Berenguela, hija de Alfonso X el Sabio, y Violante de Aragón y Constanza de Castilla, hija de Fernando IV y Constanza de Portugal. Estos restos proceden del antiguo Convento de Santo Domingo, demolido en 1869. La cripta está dedicada a San Pedro Poveda, antiguo miembro de la hermandad fusilado en la Guerra Civil. Además, también destaca un Cristo Crucificado, atribuido a Alonso de Mena, exponente de la Escuela madrileña del siglo XVII, situado en la sacristía.

Imagen de los frescos
A lo largo de los años este templo ha sufrido varias restauraciones e intervenciones que han mantenido en pie este magnífico exponente del barroco madrileño. En 1880 se proyectó la reforma de las fachadas de la iglesia, seguramente por Ruiz de Salces, intentando armonizarlas con el edificio anexo de la Hermandad del Refugio y Piedad de Madrid recién acabado.

Para visitarla hay que acudir de lunes a viernes de 10.30 a 14.00 y sábados de 10.30 a 11.30 y de 12.30 a 14.00 y pagar 2,5 euros. Además, existen visitas guiadas que ofrecen un completo recorrido por la iglesia, la sacristía, la cripta y el museo de la Hermandad del Refugio, un espacio que muestra la historia de esta asociación benéfica a través de una gran colección de utensilios originales de cada época, así como de objetos religiosos y cuadros y retratos de pintores de primer nivel. El precio de esta visita es de 6 euros.