Cada vez que una persona que está cerca de nosotros estornuda, decimos ‘Jesús’. Es algo que tenemos completamente normalizado y que forma parte de nuestro día a día, aunque ignoramos el por qué de esta expresión. Es una tradición, y con el paso del tiempo se ha convertido en parte de un protocolo social. Pues bien, por increíble que parezca, el origen de esta expresión se remonta a varios miles de años atrás.
Grecia y Roma
En la Antigua Grecia, se creía que el estornudo era una vía por la que las enfermedades y los malos espíritus se introducían en el cuerpo de las personas. Fueron los griegos los primeros en utilizar una expresión tras escuchar el estornudo de una persona cercana, aunque ellos decían ‘¡Que Júpiter te conserve!’ o ‘Zeus te salve!’. Los romanos también tenían una expresión para proteger a la persona que estornudaba, ‘¡Salve!’.
Cristianismo
Con el cristianismo, la tradición cambió un poco y al acto de estornudar se le añadió una connotación negativa nueva. Se decía que cuando una persona estornudaba, se le metía el diablo dentro. Para evitarlo, se empezó a utilizar la expresión ‘¡Jesús!’. En un principio, se repetía varias veces tras el estornudo, y con el paso de los años se quedó en una sola.
Ahora bien, también hay personas que utilizan la expresión ‘¡Salud!’ en lugar de ‘¡Jesús!’ cuando oyen a alguien estornudar. Es una manera de desear que la persona no enferme y de seguir con la tradición fuera del cristianismo. Esta expresión la suelen utilizar personas agnósticas o ateas.