Con este trabajo, que estará disponible para el público burgalés hasta el próximo 22 de noviembre, el artista navarro se enfrenta al lienzo con la maestría alcanzada en décadas de experiencia pero dejándose llevar por las ideas que le van invadiendo transformadoras en formas reconocibles, en composiciones con texturas diferentes, donde la luz y el color terminan por invadirlo todo.
Justo San Felices se mueve en el expresionismo que camina hacia lo abstracto donde mezcla técnicas, formas, cualidades y experiencias que permite activar los sentidos del espectador para que sea capaz de sumergirse en un mundo reconocible a la vez desconocido y dejándose llevar por una forma diferente de concebir la belleza en la pintura abstracta.
Esa vida propia de sus obras se transforma en una amalgama de técnicas que van desde el dibujo al óleo o la acuarela apoyándose en lo figurativo que se acaba diluyendo hasta la abstracción con un gran nivel de plasticidad que «espero llegar al público burgalés».
San Felices es un pintor de largo recorrido que se formó en la Escuela de Bellas Artes y Oficios de Bilbao pero el resto de su formación se puede decir que es autodidacta. Formó parte del denominado Equipo de Arte Independiente integrado por pintores vascos. Durante su carrera, San Felices ha protagonizado exposiciones individuales en numerosas capitales españolas y, en el exterior, en centros como La Galerie Hossegor y La Gelerie en Francia, Inter Atrium en Oporto y en el Harta Gallery de Estados Unidos.
También ha obtenido diferentes premios y reconocimientos por su obra, entre ellos, la Medalla de Oro de la Academia de las Artes, las Ciencias y las Letras de París, en reconocimiento a su trayectoria y a su extenso curriculum.
