Santa María A Nova |
Esta iglesia nos recibe con un rosetón gótico, bajo el cual está la puerta principal, en un porche neoclásico del XIX. A un lado y otro del edificio está el cementerio. Dicen que parte de la tierra fue traída en barco desde Palestina. En el exterior hay que detenerse en un crucero gótico seguramente del XV, y al otro lado en un baldaquino debajo del que se cobija otro crucero algo posterior, quizá del XVI.
Retablo del altar mayor |
En su interior, Santa María a Nova tiene una sola nave, con la capilla de los Carneiro -construida en 1575 por Pedro de Cereceda- a la derecha. Y aquí y allá, en el suelo o apoyadas sobre los muros, vemos las lápidas de forma más o menos desordenada, a menudo con marcas o signos grabados sobre ellas. Hay alrededor de sesenta. Otras quince o veinte están en diferentes lugares del cementerio, en el exterior. Y el resto están guardadas, a la espera de encontrarles un destino para mostrarlas al público.
Capilla de los Carneiro |
En la iglesia destaca además la pila bautismal, del XV, y el retablo del altar mayor, de estilo barroco. Y por supuesto la colección de lápidas, que en su conjunto es la más importante que se conoce por la cantidad y por su conservación.
En efecto, las lápidas expuestas en la nave de la iglesia presentan en su superficie relieves (escudos y figuras) y grabados (marcas y útiles de trabajo) que identificaban al difunto. Hay lápidas heráldicas, con figuras humanas, con marcas profesionales (sastres, carniceros, canteros, carpinteros, marineros, zapateros...) que reflejan la importante actividad económica de Noia en aquellos momentos.