sábado, 27 de noviembre de 2021

Catedral San Marcos de Arica (Chile)


Gustave Eiffel tuvo mucho éxito en América Latina. Era una época en la que los gobiernos de la región estaban empeñados en demostrar que sus países podían ser tan modernos y cosmopolitas como el que más. Y no había nada más moderno ni más cosmopolita que un edificio de Eiffel. Así que empezaron a surgir por todo el subcontinente construcciones que tenían la firma del francés (o que, al menos, podían pasar por ser suyas, aunque realmente fuesen obra de autores menos distinguidos): el mercado Adolpho Lisboa en Manaus, la estación de Alameda en Santiago de Chile, la catedral y la fábrica de gas de Tacna, otra fábrica de gas y la estación de tren en La Paz, la fuente de las Tres Gracias en Moquegua, el Teatro Fénix y el mercado de San Camilo en Arequipa…

Pero ninguno resulta más singular que la Catedral de San Marcos de Arica. En primer lugar, porque seguramente fuese la primera catedral prefabricada que se construyó en el mundo: su estructura metálica, de estilo neogótico, fue hecha en Francia y enviada a Sudamérica en barco para ser montada in situ. Además, las vicisitudes históricas hicieron que esta iglesia cambiase de ubicación y hasta de país. Originalmente, la iglesia había sido encargada por el gobierno peruano para erigirla en la ciudad de Ancón, un balneario de moda. Pero, poco después del encargo, un terremoto derribó la antigua catedral de Arica y un comité de damas de la ciudad pidió al presidente José Balta que les cediese la moderna iglesia de Eiffel para reemplazarla. Balta accedió, pero a Perú le duró poco el presumir de obra de Eiffel, ya que en 1880 (sólo cuatro años después de que se consagrase la catedral) las tropas chilenas tomaron Arica durante la Guerra del Pacífico, y la ciudad acabó pasando definitivamente a formar parte de Chile tras los acuerdos de paz.