Se trata de una masa de polvo sahariano que, por la borrasca "Celia", se ha ido extendiendo hacia el interior del país. Así hemos visto cielos rojizos, pero no sólo eso, también estampas de paisajes completos teñidos de este color cobrizo. Según AMET, consiste en la disminución de la visibilidad por la presencia de partículas secas (en contraposición con la bruma o niebla), compuestas por partículas acuosas.
Así cuando las lluvias y nevadas arrastran polvo hasta la superficie, se dice que hay una deposición húmeda del polvo. Son las conocidas como «lluvias de barro», que en algunos casos ya se han registrado.
¿Tiene efectos sobre la salud?
En estos años, se han estudiado casos en diversos territorios de España sobre la vulnerabilidad del polvo sahariano. En el caso de Barcelona, se ha documentado un aumento de casos de enfermedad meningocócica y de mortalidad por partículas de tamaño entre PM10 y PM 2,5.
Y como es un agente contaminante, puede dar a lugar un efecto protoinflamatorios, efectos protrombóticos, hipertensión gestacional e hipoperfusión placentaria. En determinados lugares, como las Islas Canarias, puede haber aumento de patologías respiratorias, dolores torácicos atípicos y ansiedad.
Pues, en general, es el sistema respiratorio el que se ve más afectado. Así se produce mayor cansancio, tos, fatiga o dolor en el pecho, entre otros.
Consejos ante la calima
- Mantener las puertas y ventanas cerradas
- Salir a la calle sólo para lo imprescindible
- No hace falta pasear ni hacer deporte al aire libre durante estos días
- Comer e hidratarse bien
- Evitar viajar por las carreteras principales en estas zonas
- Comprobar el estado del aire
- Ante una situación de riesgo, tener mucha tos, no respirar bien, u otras afecciones que pueden producirse por este problema, es mejor ir al médico y consultar con un especialista.
