Las medidas aplicadas en algunos países han empezado a dar unos buenos resultados. Según los expertos y los datos que ponen sobre la mesa, el consumo de cigarrillos se ha reducido un 50% en Suecia desde 2014, un 48% en Nueva Zelanda, un 44% en Islandia, un 36% en Noruega, un 33% en Japón y un 29% en Reino Unido.
Este último país ha iniciado la tramitación de una ley revolucionaria. Los que hayan nacido a partir de un año en concreto, no podrán comprar nunca cigarrillos. Por lo que les será más difícil tener acceso a este elemento que de probarlo podría acabar siendo el que les haga desarrollar a lo largo de su vida una serie de graves enfermedades.
El riesgo de desarrollar estas enfermedades, pero sobre todo de crear un mal hábito que podría acabar siendo altamente perjudicial para ellos, será lo que invite a los distintos países a hacer algo para luchar contra este elemento. Empezando por una lucha que se realiza a través de las leyes.
Países como Francia han subido la cajetilla de tabaco a 13 euros, un precio que evidentemente servirá como barrera para aquellos fumadores que no quieran dejarse el sueldo en ello. Los 390 euros al mes que se gastarán su fuman un paquete al día quizás acaben siendo los responsables de que muchos se lo piensen dos veces antes de seguir con este hábito.
De esta manera consiguen hacer que sus habitantes dejen de fumar, pero también condicionan a los visitantes que tendrán que acatar las mismas normas. La alternativa a otras formas de tomar la nicotina sin necesidad de hacerlo a través del tabaco es una opción menos perjudicial.
El problema del tabaco también aparece con la llegada de un elemento que puede acompañar este sistema y que realmente podría ser el gran enemigo, todos los químicos que aparecen en su fabricación y que son especialmente perjudiciales para todos.
Por lo que las alternativas a este elemento podrían acabar siendo las opciones low cost para los fumadores, pero también para aquellos que empiezan a familiarizarse con este hábito. Un plan B más saludable dentro del mal hábito de empezar a fumar del que deberemos empezar a olvidarnos, especialmente si tenemos en cuenta las consecuencias de esta costumbre a largo plazo para la salud.