Juan Mons Revilla |
Mons ejerció en los años ochenta como médico rural en Oña, localidad en la que se especializó por puro interés y experiencia profesional como facultativo contratado por la Diputación. Un interés que, según psiquiatras que trabajaron con él, partió de su sensibilidad artística, que le ayudaba a aproximarse a las personas de una forma especial. Y de ahí que siempre, durante toda su vida, compaginara la pintura (con un estilo también muy personal) con la dedicación al sistema sanitario, aunque no siempre de la misma manera: a la clínica sumó experiencia en gestión.
De hecho, la Diputación lo puso al frente del Hospital Provincial a comienzos de los años ochenta, por lo que en 1985 se encargó del traslado al recién estrenado Divino Valles. En 1993, sin embargo, presentó la dimisión y optó por dedicarse en exclusiva a sus pasión: la pintura y el alma humana. Primero como psiquiatra en nómina de la Diputación y, una vez que se creo el consorcio hospitalario y se integraron plantillas, como especialista del ya desaparecido Insalud.
Quienes lo trataron lo definían como una persona con una inteligencia muy elevada y con una cultura extraordinaria. Algo que también manifestó en su larga trayectoria como columnista de Diario de Burgos. .